Los vecinos lanzan comida por encima del muro a ‘Max’.

TW
13

La comunidad británica de la zona de Sant Agustí, en Cala Major, está en pie de guerra. A la cabeza de todos ellos, se encuentra Marta y Anne Mette, una inglesa residente en la citada barriada. Las vecinas de la zona denuncian que en el número 22 de la calle Son Toells, en una finca particular, hay un perro de raza bóxer que se pasa las 24 horas ladrando perturbando el descanso de decenas de vecinos, especialmente por las noches. Los residentes han interpuesto varias denuncias a la Policía Local de Palma, pero hasta la fecha los agentes no han hecho nada para solucionar el problema.

«El perro es de un okupa que trabaja de camarero en Magaluf. El perro, es un bonito bóxer que se llama Max y tiene cuatro años. El dueño viene de vez en cuando para dormir, pero no le da de comer ni de beber al can. Por ese motivo somos nosotras las que cada día le damos agua y comida», apuntan Anne.

La vivienda está en muy mal estado y el ?dueño? para entrar tiene que saltar un muro y entrar por la ventana. «Los vecinos estamos dispuestos a montar una manifestación y recaudaremos fondos para sufragar los gastos. La Policía Local y las protectoras de animales se lavan las manos porque el animal no está desnutrido. ¿Qué tenemos que hacer no darle de comer y que se muera? ¿Luego alguien actuará?», comenta Anne y Marta. La propietaria de la finca ha interpuesto una demanda para poder sacar fuera al okupa, pero el tema está en manos del juzgado.

«El dueño del perro no paga el alquiler y tiene el agua cortada. Perdió las llaves y tiene que entrar por una ventana. La Policía Local dice que el okupa había prometido dar el perro en adopción, pero eso lo dijo el pasado mes de febrero y es mentira. Yo le he escrito una carta al dueño ofreciéndome a adoptar al perro y pagar los gastos que ello suponga. Aún sigo esperando. Nosotras lo tenemos muy claro, hemos iniciado una recogida de firmas y no vamos a parar hasta que alguna institución o cuerpo policial haga algo», concluye Anne. En los últimos días, la comunidad británica está recogiendo firmas para presentarlas en el Ayuntamiento de Palma.