El acusado, este viernes en una sala del juzgado de lo Penal 3. | Guillermo Esteban

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La perra de Antonio Pericás, un cruce de pitbull llamado ‘Luna', sufría leishmaniosis. Tenía mal aspecto, estaba desnutrida y confinada en una terraza de una vivienda del Coll d'en Rabassa. El 21 de abril de 2016 un veterinario de Son Reus, acompañado por un policía local, rescataron al animal, que murió a los dos días. Su propietario sabía que la perra estaba enferma. No la trató ni la llevó al veterinario.

El acusado, en un juicio celebrado este viernes en Palma, aceptó medio año de cárcel por maltrato animal y la inhabilitación para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con animales durante dos años. No ingresará en prisión con la condición de que realice un programa formativo sobre la defensa del medio ambiente y de protección de los animales.

El abogado defensor solicitó la suspensión de la pena de prisión y el fiscal no se opuso siempre y cuando realice el curso y no cometa ningún delito en un plazo de tres años.

La perra cayó enferma a finales de 2015. Antonio Pericás era consciente por los síntomas que presentaba, pero no la llevó al veterinario en ningún momento, según recoge la Fiscalía en su escrito. El animal se encontraba esquelético, deshidratado, con úlceras en los ojos y conjuntivitis. Tenía vómitos y apenas podía mantenerse en pie. Murió el 23 de abril en Son Reus.

Antonio Pericás, su propietario, fue muy criticado. Más de 30.000 personas firmaron en la plataforma Change.org para que lo condenaran por maltrato animal. Pintaron la fachada de su casa y pusieron un altar con fotografías de ‘Luna' y velas de color rojo junto a la vivienda.