Luis Rodríguez Toubes, en una imagen de archivo | R.S. / J.B.

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La Fiscalía reclama cuatro años de cárcel para Luis Rodríguez Toubes, un joven que en 2011, con 21 años, estafó 37,9 millones de euros a un matrimonio mallorquín al convencerles de que le compraran dos inmuebles contiguos que en realidad no eran suyos y, a cambio de hacerles un precio ventajoso y encargarse él de la operación ante el banco, le donasen todos sus bienes a fin de aparentar solvencia económica.

En concreto, el acusado será juzgado desde el próximo lunes por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma. El Ministerio Público le imputa un delito continuado de estafa por el que también le reclama una multa de 3.000 euros, además de la nulidad de las escrituras de donación y la devolución del dinero entregado.

También su madre se sentará en el banquillo como partícipe a título lucrativo de los hechos. El joven fue detenido por estos hechos el 26 de julio de 2011.

Tal y como postula la Fiscalía, el procesado se aprovechó de la escasa formación cultural de los perjudicados, así como del hecho de que su familia mantenía con ellos una relación de afecto desde hacía años, para obtener un provecho patrimonial persuadiéndoles de que, con la adquisición de las fincas, ambos tendrían una de las propiedades más importantes de Mallorca por su extensión costera.

Así, con el primer inmueble, ubicado en la Avenida Mediterráneo de S'Estanyol, Rodríguez Toubes hizo creer que era de su madre, cuando en realidad pertenecía a Valery Karpin S.L., a quien aquélla la enajenó en el año 2007.

Respecto a la segunda finca, el acusado hizo creer «falazmente» al matrimonio, según la acusación pública, que su madre todavía conservaba derechos sobre la misma.

Al no disponer los afectados de la liquidez necesaria para la adquisición, el inculpado les convenció para que le donasen todos sus bienes y así aparentar solvencia económica logrando su objetivo: comprar la finca a un precio ventajoso, asegurándoles además que posteriormente les devolvería sus inmuebles puesto que, según él, «las donaciones eran ficticias».

La acusación relata cómo, para dar mayor credibilidad a su promesa, les propuso no ser el beneficiario de todas las donaciones, apareciendo su madre como donataria en algunas de ellas.

«En ejecución de este plan consiguió que el matrimonio le hiciera donación de casi todos sus bienes con el consiguiente perjuicio económico, ya que una vez a su nombre las fincas no cumplió con su palabra de retrotraer las operaciones», abunda la Fiscalía.

El importe total de las fincas donadas asciende a 37,3 millones de euros. El acusado adujo del mismo modo que, además de aparentar solvencia, debía entregar cantidades en efectivo a cuenta, por lo que le entregaron 200.000 euros en efectivo y cheques por valor de 359.155 euros que el joven incorporó a su patrimonio.