Aspecto de un vehículo calcinado este lunes 6 de abril de 2015, durante un enfrentamiento entre personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) del estado mexicano de Jalisco con presuntos integrantes de una célula delictiva que dejó 15 personas fallecidas en el poblado de Soyatán, municipio de San Sebastián del Oeste. | STR

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Una emboscada de hombres armados contra agentes de investigación en el occidente de México dejó al menos 15 muertos, entre ellos presuntos delincuentes y policías, dijeron el martes las autoridades.

El ataque ocurrió la tarde del lunes en el poblado de Soyatán, del municipio de San Sebastián del Oeste, cerca del popular centro turístico de Puerto Vallarta, informó la fiscalía local en un comunicado.

«En este punto un comando armado de la delincuencia organizada abrió fuego contra un convoy de la Fuerza Única de Jalisco (...) Varios de nuestros elementos fueron alcanzados por las balas», dijo la fiscalía sin dar más detalles.

Un funcionario de Jalisco dijo que en la emboscada murió al menos una quincena personas, aunque no podía precisar el número de víctimas. Otro funcionario dijo que se trataba de un «número significativo», mientras que los medios locales indicaron que las víctimas serían muchas más.

La fiscalía también dijo que la emboscada pudo ser a consecuencia de una investigación en torno a un atentado el mes pasado contra un Comisionado de Seguridad de la zona.

En un hecho similar, ocurrido en marzo, diez personas murieron en otra zona de Jalisco, donde la mitad de las víctimas fueron policías de un grupo élite creado recientemente por el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

El año pasado, unas 900 personas fueron asesinadas en Jalisco. Muchas de esas muertes están relacionadas con las disputas entre integrantes de cárteles rivales de la droga como Jalisco Nueva Generación y los Caballeros Templarios, éste último liderado por Servando «La Tuta» Gómez, detenido el mes pasado.

Más de 100,000 personas han muerto en todo México desde finales del 2006, cuando el ex presidente Felipe Calderón lanzó una campaña frontal contra los cárteles de la droga, que se fragmentaron a medida que caían sus líderes y elevaron la espiral de violencia.