Momento del juicio celebrado ayer en Palma contra el acusado de disparar a la Guardia Civil. | Alejandro Sepúlveda

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El cazador que disparó contra un coche de la guardia civil que le perseguía en Sant Llorenç asume una condena de tres años de cárcel. El acusado intentó esquivar a una patrulla que le dio el alto porque llevaba una matrícula falsa y terminó agazapado en un trigal con una escopeta recortada. Tras este incidente, los agentes encontraron en su vivienda un pequeño arsenal con una veintena de pistolas, escopetas y rifles y 4.500 cartuchos.

En el juicio, que se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Palma, el acusado -vecino de Canyamel- aceptó íntegramente los hechos. Su defensa, a cargo del abogado Gaspar Oliver, alcanzó un acuerdo con el fiscal y la acusación particular que representaba a los guardias civil. Así se rebajó la petición de condena de catorce años a tres, una vez que se incorporaron dos atenuantes: uno porque el acusado ha indemnizado a los agentes que iban en la patrulla y otro por los retrasos de la causa en el juzgado de instrucción de Manacor. De esta manera, del total de tres años de cárcel sólo son efectivos un año y tres meses por homicidio imprudente. El resto de las penas de prisión, por tenencia de armas y su depósito y falsedad documental se sustituirán por multas.

Los hechos ocurrieron el 15 de junio de 2009. Una patrulla de la Guardia Civil de Santa Margalida le dio el alto tras detectar que conducía de madrugada con una placa de matrícula falsa. Esquivó a esta primera dotación y se dio a la fuga. Fue soprendido tres cuartos de hora después por otra patrulla. Para escapar se metió en el camí de Cal Falera. Allí esperó a que pasaran los agentes por delante de él y disparó dos tiros con cartuchos de posta contra ellos. Después intentó huir de nuevo. Fue encontrado un poco después y detenido.