'El Ove', cabizbajo con camiseta blanca al inicio de una sesión del juicio.

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Gabriel Amaya, 'El Ove', niega ser del clan de 'los Bizcos' y haber vendido droga: «No me dedico a otra cosa que no sean los animales. Tengo más de 200 gallos de pelea ahora mismo». La Fiscalía le atribuye el control sobre tres puntos de venta de heroína y cocaína en el poblado de Son Banya. En el interrogatorio se cerró en banda ante el fiscal en defender que todos los ingresos provenían de las peleas de gallos. Intervino la presidenta del tribunal que recordó al acusado que tiene ya dos condenas: «¿Usted está en la cárcel por tráfico de drogas?» 'El Ove' insistió: «Estoy pagando por un paquete de heroína que no era de 'La Rosario'».

En la segunda sesión del juicio del 'pequeño Kabul' terminaron de declarar todos los acusados con el grupo al que la Fiscalía le atribuye traficar para el 'clan de los Bizcos'. Salvo una hermana de 'El Ove' que sí admitió la venta de narcóticos en su casa, el resto lo negaron de una u otra manera. Desde un boliviano que afirma que hacía chapuzas en el poblado por orden de «un tal Fernández» y que no pudo concretar ningún trabajo realizado en la zona a una pareja implicada por un paquete encontrado cerca de su vivienda. «Jamás en mi vida he traficado porque mi padre falleció de la droga hace quince años», aseguró él. Otro de los acusados fue detenido porque la policía afirma que le vio tirar un paquete sospechoso. Él lo niega y asegura que en ese momento salía del culto en la iglesia evangélica del poblado.

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En la sesión de ayer del juicio terminaron de declarar los 25 acusados presentes en la vista. Finalmente han sido cinco los que han admitido los hechos y asumirán una condena, entre ellos cuatro a los que se atribuye formar parte del 'clan de La Paca'.

Testigos

Las sesiones se retomarán hoy con la declaración de los primeros testigos. Se trata de personas que fueron interceptadas por la policía después de adquirir estupefacientes en las viviendas del poblado de Son Banya propiedad de los acusados y que tendrán que ratificar a quién compraron. La investigación se basó de hecho en una serie de vigilancias en los puntos de venta del poblado que siguieron con la interceptación de los clientes. A partir de ahí se estableció un mapa de la actividad de Son Banya y se puso en marcha la 'operación Oriente'.