Imagen del local donde ejercían la prostitución las víctimas. | Alejandro Sepulvera

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El antiguo responsable de un burdel de alterne en Gomila dedicado a la prostitución masculina aceptó ayer una condena de cuatro años de prisión por favorecer la inmigración ilegal. El hombre estaba acusado de liderar una red que explotaba a jóvenes brasileños en Palma, Barcelona y León. El local que ocupaban era el heredero del antiguo 'casa Alfredo'.

Los hechos por los que estaba acusado el cabecilla y otro de los empleados del club se remontan a los años 2009 y 2010. El grupo se dedicaba a captar a jóvenes en Brasil a los que se pagaba el billete para que viajaran a España. Todos ellos se dedicaban luego a la prostitución en estos locales. En total eran once los jóvenes que pasaron por las manos de la red.

Suspensión

El juicio se tenía que haber celebrado el pasado mes de noviembre. Sin embargo en ese momento la Fiscalía se encontró con que diez de sus trece testigos no comparecieron en la vista, entre ellos dos protegidos. También hay tres acusados que se encuentran en rebeldía. La vista se convocó de nuevo y ayer se cerró con un acuerdo entre las partes. La acusación pública rebajó su petición desde los 40 años que solicitaba para el principal acusado a cuatro, toda vez que con la falta de testigos se vio forzada a desistir de la acusación por delitos de prostitución que mantenía. En sus conclusiones provisionales, el ministerio público sostenía que los miembros de la banda reclamaban una deuda de 4.000 euros por el viaje a los brasileños. Para cobrarse esa deuda, la Fiscalía mantenía que se obligaba a los jóvenes a prostituirse en Palma y en varios puntos de la Península.

Junto al principal acusado, uno de sus colaboradores asumió una pena de dos años de prisión también por un delito de inmigración ilegal.