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Un turista alemán de 25 años se sentó ayer en el banquillo de los acusados por violar a una prostituta travesti en el mes de junio en s’Arenal. El acusado sólo admite que discutió con la víctima porque no cumplía con el servicio sexual que habían pactado y que más tarde le dio una colleja porque había mantenido relaciones sin preservativo y estaba asustado por si la prostituta tenía alguna enfermedad de transmisión sexual.

La víctima cuenta otra versión: «Se puso muy agresivo y quiso sexo anal. Al cabo de un rato quiso penetrarme vaginalmente. Entonces me di cuenta de que no sabía que era un travesti, le di el dinero y me fui corriendo». La víctima relató que le empujó contra una furgoneta y que le agarraba del pelo de forma violenta para obligarla a mantener relaciones más allá de lo que habían pactado. «Yo, para evitarme problemas accedí a ello». «Trabajo en la calle y cuando ha pasado eso me he tenido que ir sin denunciar, pero esa vez había policía allí», añadió la víctima a preguntas del abogado defensor. Dos agentes de paisano vieron la discusión entre ambos y el golpe que dio el acusado a la víctima.

La Fiscalía reclama ocho años de prisión para el acusado que lleva preso desde que ocurrieron los hechos.