La mujer fue detenida poco después de que se conocieran los abusos. | Alejandro Sepúlveda

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Poco que ver con el retrato robot de los delincuentes sexuales. Una mujer de 85 años aceptó ayer una condena por abusar de dos de sus nietas, una de ellas con una minusvalía psíquica en una localidad del Llevant de Mallorca. Los hechos, en el caso de esta última niña se prolongaron durante ocho años, en los que la acusada manoseaba a las menores de forma reiterada.

En el mismo juicio también aceptaron penas de multa un hijo y un nieto de la acusada por delitos sexuales contra una de las dos menores. La levedad de las condenas, todas ellas entre cinco y cuatro meses de multa se explica por el enorme retraso que la causa acumuló desde que se abrió en el año 2006 hasta que llegó a juicio. La Fiscalía y la acusación particular, que ejercía el Institut d'Afers Socials del Consell reconocieron una atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas a los tres acusados.

Los hechos salieron a la luz cuando en marzo de 2006 fue sorprendida cuando realizaba tocamientos a una nieta suya de cinco años de edad. A raíz de éste se descubrieron los abusos a los que había sometido de forma continuada a otra de sus descendientes, la que padecía una discapacidad.

Uno de los hijos de la víctima, padre de la víctima discapacitada conocía lo que hacía su madre y lo permitió durante años. También él mismo llegó a manosear a la niña con intenciones sexuales.

El tercer de los acusados era un hermano de esta niña, que ahora tiene 29 años, quien se masturbaba delante de la niña.

En sus conclusiones iniciales, la Fiscalía reclamaba penas de cinco años y medio de cárcel contra la octogenaria y de ocho años y medio para el padre de la menor. Las penas fueron reducidas por el retraso y las defensas de los acusados concordaron sus peticiones con las acusaciones.