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Las noches locas de Magaluf lo son cada vez más. El martes por la noche, la Policía Local y la Guardia Civil, apoyados por Salvamento Marítimo, montaron un gran dispositivo para rescatar a tres turistas ebrios que intentaban llegar a nado al islote de sa Porrassa y estaban a punto de ahogarse.

Los jóvenes, de nacionalidad británica, llevaban unos días de vacaciones en Magaluf y por la noche estuvieron tomando unas copas en bares de Punta Ballena. Sobre las nueve y media, se picaron con una peligrosa apuesta: cuál de ellos era capaz de llegar a nado hasta el islote de sa Porrassa, frente a la costa. Parece ser que habían reparado en la isla por la mañana, cuando tomaban el sol, pero la noche era cerrada y no lo ubicaban demasiado. Además, se había levantado un fuerte oleaje, con corrientes invisibles.

Los chicos se lanzaron al agua y enseguida se separaron, nadando en distintas direcciones. Uno de ellos llegó a medio camino entre la playa y el islote, y se sintió desfallecer. Cómo pudo, se dejó a merced de la corriente y pudo volver a la arena. Realmente, su vuelta fue providencial. El turista pudo pedir ayuda para sus dos amigos y en poco tiempo se puso en marcha un gran dispositivo de búsqueda.

El encargado del concesionario de playas, con su hijo, cedió su embarcación para que los policías y guardias pudieran embarcarse y buscar a los dos desaparecidos. Uno fue rescatado cuando ya se ahogaba, porque se había quedado sin fuerzas, y el otro había conseguido llegar a la isla y estaba desnudo, sobre las rocas. Temblaba de forma incontrolable y sufría una hipotermia aguda, por el frío. Los tres fueron trasladados hasta un centro hospitalario. Estaban vivos de milagro.