Imagen de las defensas en el juicio por la 'operación Kabul'. | Alejandro Sepúlveda

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«Muchos de los acusados se dedican a traficar con una profesionalidad y entusiasmo digno de mejor causa». El fiscal antidroga Adrián Salazar cerró con esta frase su informe y el de su compañero Julio Cano en el 'caso Kabul'. En la segunda jornada en la que se extendía su intervención, Salazar entró a desgranar las pruebas contra el clan de 'La Paca'.

Sostuvo que durante años mantuvieron un monopolio de facto en un sector de Son Banya y que convirtieron el poblado en un «centro comercial dedicado a la droga». En el lugar estratégico de las calles que controlaban estaba la vivienda de la matriarca. «Lo sorprendente es que después de 20 años su condenas no sean por drogas. La novedad de este juicio es que se vislumbran sus fuentes de financiación». El fiscal insistió a ubicar a 'La Paca' al frente de una organización para justificar su petición de condena de 17 años de prisión. Así justificó que empleaban métodos sofisticados para evitar la acción policial, como modificar las estructuras internas de las viviendas, emplear a sudamericanos para vender drogas o el simple hecho de que ni 'La Paca' ni 'El Moreno' hablaban por teléfono con los proveedores de drogas.

También defendió la investigación en torno a los hermanos Montero Jodorovich, absueltos por el Supremo en una causa en Barcelona contemporánea a la investigación de 'Kabul'. En concreto aludió a las huellas dactilares de uno de los hermanos encontrados en uno de los alijos.

Las defensas también comenzaron a desarrollar la batería de peticiones de nulidad planteada. Así, el letrado Gaspar Oliver aseguró: «Algo se ha hecho mal en la instrucción». El abogado, que defiende entre otros a 'El Moreno' sostiene que existieron dilaciones excesivas en la causa, entre otras cosas porque no se quiso dividirla en piezas, «lo que se planteaba era escenificar este juicio», señaló.

El letrado fue especialmente intenso a la hora de defender la inocencia de 'El Moreno'. Señaló que no hay ninguna conversación que le incrimine y que la droga que se le atribuye fue asumida por su hija. «Isidro no ha delinquido con Francisca. Por el hecho de ser familia no se comete un delito».