Las acusadas aseguran que gastaron el dinero en montar un restaurante en Cala Millor. | M. Joy

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«Se fueron de la noche a la mañana y me tuve que meter debajo de un puente porque la caja me echó a la calle». Un vecino de Son Servera de 79 años aseguró ayer en al Audiencia Provincial que fue estafado por dos mujeres que vivían con él en su casa y con las que tenía un contrato por el que, a cambio de que le cuidaran les cedería la vivienda. El hombre aseguró que fue desahuciado después de que las dos mujeres concertaran una hipoteca contra la vivienda por 120.000 euros para abrir un restaurante en Cala Millor. Pusieron en marcha el negocio pero al año quebró y dejaron de pagar al banco. «Se fueron ellas. Yo creía que iba a ser verdad porque con tanta labia me lo dijeron. No pensé que fueran a llegara donde han llegado», contó el hombre.

Las dos acusadas, a las que la fiscal solicita cuatro años de prisión afirman que en ningún momento mintieron al acusado. Relatan que fue él quien les propuso la opción de poner el negocio y aseguran que invirtieron en el local los 120.000 euros. «Quería que tuviéramos algo propio para poder estar más pendientes de él», manifestaron.

En la vista tanto el notario como el director de la sucursal bancaria que formalizaron la hipoteca aseguraron que informaron al desahuciado de las cláusulas. El hombre es analfabeto.