El inspector jefe de la UDYCO de Balears, Antonio Suárez, en su despacho. | Alejandro Sepúlveda

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El inspector jefe de la UDYCO de Balears, Antonio Suárez, está considerado el azote de los narcos. Con más de 19 años de experiencia investigado temas de drogas no ofrece su particular visión del desmantelamiento del poblado de Son Banya y sus consecuencias.

—¿Hace bien el Ajuntament al desmantelar Son Banya?

—Los policías cumplimos con nuestro deber y no entramos en temas políticos.

—Le planteo la pregunta de otra manera. ¿Está de acuerdo en el desmantelamiento del poblado?

—La Policía Nacional no puede ser ajena a la realidad social. En los tiempos en los que vivimos es necesario acabar con los guetos, pero al mismo tiempo hay que ser conscientes de los daños colaterales que la eliminación de dichos guetos pueden ocasionar. Es un riesgo que los que mandan deberán asumir.

—Si desmantelamos Son Banya como trata de hacer la regidora Sandra Fernández. ¿Dónde irán los narcos a vender la droga?

—Le aseguro que a Son Vida o al Paseo Marítimo de Palma no irán.

—No me ha contestado. ¿Dónde irán?

—No quiero crear alarma social innecesaria, pero evidentemente que se asentarán en las barriadas más degradadas de Palma donde su presencia pase más desapercibida y puedan ejercer la venta de droga con más facilidad. (Son Gotleu, La Soledat, Camp Redó)

—¿Los narcos que salgan de Son Banya acogiéndose al programa del Ajuntament de Palma. ¿Se integrarán en sus nuevas ubicaciones?

—No. El narco de Son Banya, los clanes, los grupos organizados de venta de droga nunca se reconvierten. Quien piense lo contrario que venga y me lo demuestre.

—¿Siempre es así?

—La experiencia con los clanes gitanos de droga siempre es igual. Los puedes detener, juzgar, ingresar en prisión por un largo espacio de tiempo que cuando han cumplido su pena siempre, siempre, siempre, vuelven a las andadas y retoman su actividad de venta de droga.

—Algunas personas apuntan que los narcos de Son Banya están comprando casas en Son Gotleu y La Soledat. ¿Es cierto?¿Tienen ustedes constancia de ello?

—Ya le he dicho anteriormente que lo último que queremos desde la Policía Nacional es crear alarma social.

—Entiendo perfectamente su prudencia, pero ¿es cierto?

—Si. Desde nuestra brigada hemos detectado que algunos de los clanes que operan en Son Banya han adquirido inmuebles en las barriadas de Son Gotleu y de La Soledat.

—Droga hay por todo, pero ¿dónde se concentra los mayores puntos de venta de droga de la Isla?

—La droga está muy repartida por toda la Isla, pero evidentemente el punto neurálgico de la venta, el denominado supermercado de la droga, está ubicado Son Banya. También hay que destacar que barriadas como Son Gotleu, La Soledad o Corea también acaparan gran parte de la venta de sustancias estupefacientes.

—¿Quién mueve la droga?

—Esto va por zonas. Me explico. En Son Banya la exclusividad la tienen los clanes gitanos. Allí se vende cocaína, heroína, hachís etc...En Son Gotleu, lo podemos dividir en dos grandes grupos. El principal y, al que desde la Policía Nacional prestamos una especial atención y dedicación, son los grupos africanos, especialmente los nigerianos que mueven grandes cantidades de cocaína, aunque últimamente, también tocan algo de heroína. Finalmente, en La Soledat, destacamos los puntos de venta de un histórico narco perteneciente a un clan gitano.

—Es cierto que en Son Banya, en los últimos años, han bajado las ventas de droga.

—En Son Banya se vende mucha droga, pero es cierto que han disminuido los compradores que van al poblado a comprar. Eso no significa que los consumidores disminuyan.

—Hábleme de ‘La Paca’

—Es una importante narcotraficante.

—No sea modesto. Usted la metió entre rejas.

—Yo cumplí con mi obligación. Además, lo hice en el marco de una operación en la que además tuvimos que limpiar la suciedad que teníamos dentro de nuestra casa. Se trata de un ejemplo de transparencia.

—Negros y gitanos, ¿Se llevan bien tras los incidentes de Son Gotleu?

—Aquellos incidentes fueron hechos aislados. Piensa que les conviene llevarse bien y no armar mucho ruido. Al final las ventas de las drogas les obligan a guardar las formas.