Los hechos ocurrieron durante las obras de construcción del hospital de Son Espases. | S. Cases

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Un hombre de 59 años de edad aceptó ayer una condena por apuñalar a un compañero de trabajo porque le había tirado polvo en el bocadillo. Los hechos ocurrieron en agosto de 2010 en las obras de construcción del Hospital de Son Espases. En torno a las nueve y media de la mañana el acusado se tomaba un bocadillo de chóped cuando uno de sus compañeros movió unos cartones. Se levantó polvo y manchó el bocata. Así se inició una discusión entre ambos. El acusado cogió una navaja de unos nueve centímetros de hoja y se lo clavó en el pecho a la víctima, un hombre de 33.

La herida alcanzó a que había levantado polvo en los pulmones, con lo que llegó a sufrir un neumotórax. Además por la herida le han quedado secuelas.

La acusación particular que representaba al herido llegó a reclamar para el acusado una condena de siete años y medio de prisión por tentativa de homicidio.

Homicidio

Sin embargo, durante la instrucción la causa se tramitó como un delito de lesiones -más leve- y así llegó al juicio que se celebró ayer en un juzgado de lo Penal de Palma. La Fiscalía que solicitaba cuatro y medio y la acusación alcanzaron un acuerdo con la defensa, que ejerció el abogado Carlos Barceló. De esta manera se reconoció al acusado una atenuante por haber pagado 3.000 euros a la víctima y la pena quedó en dos años de cárcel, cuyo cumplimiento probablemente será suspendido. Eso sí, el acusado tendrá que pagar otros 4.000 euros como indemnización, a razón de 150 euros al mes.