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- «Mató usted a María Elena Salcedo».

- «Sí, por celos».

Así respondió ayer Luis Rodrigo Quisilema a la pregunta que le formuló el fiscal durante el juicio en su contra por el asesinato de la mujer boliviana, de 53 años, con quien mantenía relaciones sexuales esporádicas.

Tras confesarse culpable y después de que su abogado llegara a un acuerdo con el fiscal, Luis Rodrigo Quisilema, ecuatoriano de 44 años, aceptó una pena de 10 años de prisión, por lo que el juicio con jurado popular que se inició en su contra quedó resuelto al cabo de poco tiempo. El acusado fue defendido por el abogado Carlos Portalo mientras que el Fiscal Superior, Bartomeu Barceló, ejerció la acusación pública.

Luis Rodrigo Quisilema, que se encontraba en situación irregular, mató a María Elena Salcedo en la noche del 30 de noviembre de 2009. El crimen se produjo en el domicilio de él, situado en la calle San Rafael de Son Gotleu, en Palma, o bien en otro lugar, en el transcurso de una discusión. El acusado le clavó en la espalda un instrumento no identificado, de hoja monocortante muy afilada y de una anchura de entre 25 y 27 milímetros, produciéndole una herida que le causó la muerte.

Después, el procesado descuartizó el cuerpo de María Elena Salcedo y escondió los restos en una zona boscosa de la urbanización Sa Vinyola, junto a sa Ràpita. Posteriormente se denunció la desaparición de la mujer y el Cuerpo Nacional de Policía de Palma inició una investigación al respecto.

Semanas después el sospechoso fue detenido y durante su declaración ante la policía colaboró con los agentes para hallar el cadáver de la mujer. Los restos estaban escondidos en bolsas de basura y semienterrados, a excepción de la cabeza, que no apareció.

Durante el juicio de ayer salió a la luz que Luis Rodrigo Quisilema, que ingresó en prisión a mediados de febrero de 2010, estaba a punto de fugarse de Mallorca.

El Ministerio Fiscal solicitaba inicialmente una condena de 20 años de cárcel para Luis Rodrigo al considerarlo responsable de un delito de asesinato, así como una indemnización de 180.000 euros para los familiares de la víctima.

No obstante, después de que el ecuatoriano aceptara su culpabilidad se rebajó la petición de condena a diez años de cárcel por un delito de homicidio, que el acusado aceptó.