Dos de los acusados, el día que pasaron a disposición judicial en Palma. | Alejandro Sepúlveda

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La Fiscalía pide penas que suman 138 años de cárcel para una red de tráfico de drogas que ejercía de 'mayorista' para clanes de Son Banya y Son Gotleu. La trama, según el escrito de calificación fiscal, movía cantidades ingentes de cocaína entre Barcelona y Palma.

De hecho, el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil interceptaron trece kilogramos de droga en dos vehículo que pretendían desembarcar en el puerto de Palma. La trama movía también grandes cantidades en efectivo. De hecho habían entrado en contacto con un grupo mafioso italiano para que les ayudara en labores de blanqueo. La policía les interceptó en pleno intercambio con los italianos en Madrid y requisó 512.000 euros.

La trama operaba por un lado en Barcelona y por otro en Palma. Los primeros se encargaban de traer la droga a España y luego transportarla a Mallorca. La segunda la distribuía a grandes clientes, entre ellos clanes gitanos. La red no se dedicaba al menudeo.

Al frente de cada una de las ramas se encontraban dos hombres de origen colombiano. Junto a ellos había una serie de lugartenientes encargados de coordinar la logística en el sitio. La policía investigó durante meses a la trama e intervino un vehículo que llegaba al puerto el 7 de abril de 2010. Escondidos en la puerta había tres paquetes cada uno con un kilo de coca. Meses más tarde, el 6 de junio de ese año, la policía detectó otro envío. En este caso había diez kilos de droga oculta bajo la moqueta del suelo.