El domingo de madrugada un joven latino fue apuñalado en la calle Joan Miró de Palma. | Vasil Vasilev

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Suma y sigue. La policía intervino a primera hora de la mañana de ayer en un nuevo caso de apuñalamiento en Palma. Una pelea entre magrebíes y gitanos se saldó con un herido, que curiosamente no apareció por ningún lado. Dos de los implicados han sido detenidos.

Sobre las siete de la mañana, el 091 fue alertado de que se estaba registrando una riña entre dos grupos en la calle Joan Alcover, paralela a la calle Manacor.

Restos de sangre

Cuando una patrulla llegó hasta esa dirección, encontró restos de sangre en el suelo y unos testigos aseguraron que los implicados en la reyerta se habían dado a la fuga, en dirección a la calle General Ricardo Ortega.

Allí, en efecto, localizaron a un grupo de individuos de etnia gitana, que se dieron a la fuga corriendo al detectar a la policía. Finalmente, fueron interceptados y dos de ellos se enfrentaron a los funcionarios, antes de ser detenidos. Además de la agresión, les imputan un delito de atentado a agentes de la Autoridad y otro de daños intencionados, ya que durante la refriega en Joan Alcover rompieron algunos cristales. La policía averiguó que se había tratado de una pelea entre magrebíes y gitanos, y que el herido de arma blanca era un ciudadano árabe. El charco de sangre localizado en la calle era de sus heridas, por lo que los policías supusieron que se había marchado a un hospital o PAC próximo. O, quizás, que sus compañeros se lo habían llevado.

Sin embargo, todas las gestiones policiales fueron infructuosas. Ni en las clínicas ni en los hospitales visitados se tenía constancia de la llegada, minutos antes, de ningún apuñalado, por lo que los investigadores sospechan que se trataba de un ilegal o de una persona en busca y captura, que fue curado de forma clandestina.

El caso sigue abierto, a la espera de la localización del apuñalado.