A pesar de que todavía se desconoce el resultado de las pruebas de ADN -que determinarán la identidad del cadáver-, la investigación de los agentes ha descartado que, en principio, el cuerpo sea el del cura.
El cadáver fue encontrado en un paraje de la localidad ibicenca de Sant Josep, dentro de una bolsa que mordisqueaban unos perros y, se corresponde con el de un hombre muerto hace varios meses.
En el momento del hallazgo, los investigadores barajaron que el cuerpo se podía corresponder con el del cura o con el de un italiano desaparecido.
La Guardia Civil no ha ofrecido datos sobre la causa de la muerte del hombre ni ninguna hipótesis sobre el fallecimiento, aunque todo apunta a que fue una muerte violenta.
El cadáver no estaba descuartizado, como se creyó en un primer momento, sino que debido al tiempo transcurrido desde la muerte es posible que el cuerpo se fuera desmembrando a causa de la erosión atmosférica y otros factores.
Precisamente fueron unos perros que mordisqueaban una bolsa los que pusieron en alerta a una pareja de excursionistas que, al acercarse, comprobaron que en el interior había un cadáver humano.
El sacerdote de Ampuero, Adolfo Linares, desapareció en Ibiza en julio. Entonces solo se encontró una moto alquilada en una zona de acantilados cercana a la capital de la isla, donde se alojaba en un hotel.
La Policía Nacional y la Guardia Civil estuvieron buscándole sin éxito por tierra, mar y aire.
En la motocicleta no había ningún tipo de documentación, que luego se encontró, junto a su teléfono móvil, en el hotel donde había estado registrado por un periodo de diez días.
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