Durante los primeros días, un helicóptero sobrevoló los alrededores de la costa norte de Ciutadella para localizarle. | ultimahora.es

TW

La búsqueda de Aaron Robledo, de 24 años de edad, podría estar próxima a su fin. A la una de la tarde de ayer, un vecino que paseaba por el área boscosa del Camí de Sa Farola halló un cadáver en avanzado estado de descomposición que la Policía teme que se trate del joven en cuestión.

Según las primeras estimaciones, el cuerpo llevaría en ese mismo emplazamiento desde hace más de un mes, se encuentra cerca de donde Aaron fue visto por última vez con vida y luce ropa de verano, la misma que llevaba el joven cuando, a finales de septiembre, se empezó a investigar su paradero. Además, es el único caso de desaparición que permanece activo en Ciutadella. Demasiadas coincidencias para pensar que se trate de otra persona, intuye la Policía que, en base a estos indicios, cree que hay «muchas posibilidades» de que el cadáver hallado sea el de Aaron.

A la espera de que hoy el médico forense le practique la autopsia, en modo alguno se sospecha que pueda haber sido asesinado. Fuentes judiciales confirmaron ayer tarde a Ultima Hora Menorca que, pese al avanzado estado de descomposición del cadáver y a que resulta irreconocible, no se aprecian signos que hagan pensar en un homicidio. Las diligencias las instruye el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ciutadella, que ayer se encontraba de guardia.

La Policía Nacional, que desde el mismo momento de la desaparición había asumido la investigación del caso, se personó en el lugar minutos después de que el vecino que encontró el cadáver llamara a la Policía Local para advertirla del hallazgo.

Atrás quedan casi seis semanas de pesquisas y rastreo que, pese al denodado empeño de los familiares y la estrecha colaboración ciudadana, no han dado resultado. En un sinfín de ocasiones los agentes fueron alertados por ciudadanos que creían haber visto a Aaron, pero en ninguno de los casos pudo confirmarse plenamente su identificación.

Ni siquiera el uso de perros policía, que fueron desplazados en compañía de un adiestrador hasta la residencia familiar de Calespiques para oler las pertenencias del joven, ha permitido dar con alguna pista que alimentara la esperanza de sus allegados. Si se confirma que el cuerpo corresponde a Aaron R. C., el incansable esfuerzo de la familia, en contacto permanente con la Policía, y la colaboración de los bomberos, la Guardia Civil y la legión de voluntarios anónimos también habrá resultado estéril.