Imagen de la sucursal donde se recogieron los cheques falsos. | ALEX SEPULVEDA

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La Fiscalía pide una condena de siete años de cárcel para un hombre por intentar cobrar un millón de euros en varios bancos con cheques del Ajuntament de Calvià en agosto de 2009. Para conseguir los talones, la acusación sostiene que se hizo pasar por funcionario municipal en una sucursal de una caja en Palma.

El acusado sostiene que se limitó a hacer un favor a un amigo que ahora se encuentra fugado de la Justicia. Según contó, su compañero le pidió que recogiera unos documentos en el banco. Él se presentó y los cogió en un sobre cerrado. Según asegura, luego entregó los documentos al otro. Esta versión choca con lo declarado por los empleados de la caja que aseguraron que para facilitar los talonarios hay que comprobar antes varios datos personales, algo que también hizo el ex teniente de alcalde del Ajuntament, Bartolomé Bonafé.

Los cheques fueron rellenados y después endosados en cuentas corrientes abiertas con tal finalidad. En cada operación se cargaban cantidades muy elevadas, en torno a los 150.000 euros. Después intentaban cobrar esta cantidad en efectivo, lo que motivó las sospechas sobre los cheques.

La persona que se encuentra fugada, a la que se le solicitan seis años de cárcel descargó en el acusado que sí compareció en el juicio toda responsabilidad.

La defensa, a cargo del letrado Bartomeu Vidal solicita la absolución y considera que en todo caso se habría producido un intento de estafa.