El coche en el que huyó el acusado, empotrado en el árbol que detuvo la huida. | José Sanchís

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Seis años y cinco meses de cárcel para el protagonista de la versión mallorquina de los autos locos. Un juzgado de Palma ha condenado a un joven de 23 años de edad por delitos de robo de coche, conducción temeraria y atentado. El hombre protagonizó una espectacular persecución desde sa Pobla a Palma en la que intentó arrollar a dos patrullas de la Guardia Civil y llegó a alcanzar 190 kilómetros por hora. La huída terminó la calle Joan Miró de Palma cuando tras chocar con un taxi terminó empotrado contra un taxi. El temerario conductor no se rindió ni por esas: cuando la policía fue a detenerle puso el seguro del coche y se negó a bajar las ventanillas.

Robo

Los hechos comenzaron a las dos y media del tres de febrero de 2008. El acusado robó un Suzuki Vitara en la calle Bisbe Joan Maura de Palma, cerca de la calle Aragón. De allí se fue hasta sa Pobla. En una rotonda vio un control de la Guardia Civil. Un agente le dio el alto. Él aceleró. El guardia tuvo que pegar un salto para evitar ser atropellado y así comenzó la gran persecución. De sa Pobla fue a Inca, donde atravesó varias calles. Siguió por Binissalem, Consell y Marratxí. En la autovía un coche de la Guardia Civil intentó rebasarle. Como en las películas le embistió y le sacó de la carretera. Un agente resultó herido. Así, con picos de velocidad de 190 kilómetros hora llegó a Palma. Primero fue hacia el Arenal, pero dio la vuelta y recorrió el Paseo Marítimo a 150. La policía había detenido el tráfico para evitar accidentes. El acusado no consiguió evitar un taxi que había junto a un control y se empotró contra un árbol.

La Fiscalía solicitaba una condena de 26 años de cárcel que el juez fijó finalmente en seis y medio. El acusado fue defendido por el letrado Bartomeu Vidal.