El Grupo de Homicidios y la Policía Científica trabajan sin cesar para esclarecer el asesinato.

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A medida que pasan los días los investigadores del caso del asesinato de Manuel Sánchez Núñez, de 67 años de edad, avanza con paso firme.

Los responsables del Grupo de Homicidios ya disponen de nuevos y reveladores datos. Todo apunta, según fuentes próximas a la investigación, que se descarta, casi con toda probabilidad, que exista arma del crimen.

En el momento de producirse el presunto asesinato, nada más llegar los primeros agentes, se encontraron todo el inmueble desordenado. La primera impresión fue que había sido un robo, pero poco después se abrieron nuevas líneas de investigación.

Brutal paliza

Ahora se dispone de nuevos datos. Manuel Sánchez falleció de una prolongada agresión a base de patadas, puñetazos y golpes contra el suelo y paredes. De hecho, las primeras horas del descubrimiento del cadáver en el número 169 de la calle Sant Rafel, sito a unos 50 metros de la calle Aragón de Palma, se llegó a pensar, debido al estado de la cabeza y rostro que podía haber recibido un disparo, pero poco después este punto quedó totalmente descartado.

Finalmente, se concluyó que la víctima apareció con el rostro visiblemente golpeado y grandes heridas en la cabeza.

Otro punto importante que acaba de conocerse es que el cuerpo sin vida apareció en la sala comedor atado de manos y pies con cinta adhesiva. Por el momento se desconoce si dicho precinto procedía de la misma vivienda o si los presuntos agresores ya vinieron de la calle con el rollo de cinta aislante. Este dato sería importante para averiguar si el asesinato fue premeditado o no.

Dificultades

La investigación del caso es sumamente complicada. Habitualmente la detección de huellas en la escena del crimen suele ser determinante para proceder a la detención de los sospechosos. En esta ocasión, según los vecinos, era muy habitual que la víctima recibía un gran número de visitas de jóvenes en su domicilio. Además, muchos de ellos, eran de diferentes nacionalidades. Los vecinos no dudan en reconocer a los periodistas que era «bastante habitual» ver a numerosas personas en el interior del domicilio.

Los vecinos más próximos también han declarado que los horarios de dichas visitas eran muy variables, por lo que la hora de la muerte tendrá que determinarla la autopsia.

El número de agentes encargados del caso no ha sido facilitado oficialmente, pero fuentes a las que ha tenido acceso Ultima Hora, tienen constancia que los esfuerzos destinados para esclarecer el crimen son máximos.