Los bomberos rescatando de entre el amasijo de hierros a uno de los atrapados en el brutal accidente del polígono de Son Castelló. | Vasil Vasilev

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Dos varones y una chica resultaron heridos de consideración en la madrugada de la Nochebuena a consecuencia de una brutal colisión entre dos turismos que se produjo en el polígono de Son Castelló, en Palma. Uno de los coches parece ser que circulaba en dirección contraria y el cuenta kilómetros quedó marcado en 110 km/h.

Faltaban algunos minutos para las dos de la madrugada cuando un Ford Focus de color blanco circulaba por la confluencia de las calles Gremi Sabaters y Gremi Boneters, con una pareja a bordo. De repente, un Seat Córdoba de color gris, pilotado por un extranjero, les embistió a una velocidad considerable y ambos turismos quedaron destrozados, con piezas esparcidas en muchos metros a la redonda y líquidos derramados sobre la calzada.

Atrapados

Las tres personas implicadas en el tremendo choque quedaron atrapados en los dos coches y cuando los equipos de emergencia llegaron todos ellos estaban conscientes, aunque aturdidos por la violencia de la colisión.

Los bomberos tardaron más de una hora en rescatar a los heridos, sobre todo al conductor del Ford Focus, cuyo habitáculo había quedado reducido a una amasijo de hierros, completamente deformado. La policía llevó a cabo ímprobas gestiones para aclarar las causas del accidente de tráfico y parece ser que el Seat Córdoba circulaba en dirección incorrecta por una de las calles, a una velocidad muy alta, cuando se encontró en el cruce con el otro automóvil.

Los tres heridos fueron evacuados a centros hospitalarios, dos de ellos a Son Espases, con pronóstico reservado, y el tercero a la clínica Juaneda, con lesiones de menor consideración. Los dos turismos quedaron en estado de siniestro total y fueron retirados de la calzada.

Más accidentes

Nochebuena y Navidad registraron otros accidentes de tráfico, tanto en Palma como en algunas carreteras y autopistas de la Isla.

La Guardia Civil de Tráfico montó controles en puntos estratégicos, sobre todo cerca de zonas de ocio nocturno o de polígonos donde se sabía que se iban a celebrar fiestas y 'after hour'. El resultado, un año más, fue que numerosos jóvenes fueron cazados al volante con una tasa elevada de alcohol y algunos quedaron detenidos por provocar accidentes.

«Lo más importante es que no ha habido víctimas mortales», refirió un responsable policial, que añadió que «la siguiente prueba de fuego la tenemos pronto, en fin de año, y esa fecha suele ser más dramática incluso que Navidad».