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El Tribunal Superior de Justicia de Balears confirma que Hermenegildo Fernández mató a Laura Gallego de forma intencionada y que el acusado se ensañó con la víctima a la que golpeó durante horas antes de provocarle la muerte. De esta forma, respalda la sentencia del Tribunal del Jurado que condenaba a 23 años de prisión al acusado por el crimen, cometido en el garaje de es Figueral (Marratxí) en el que vivían en septiembre de 2008.

La defensa de Hermenegildo insistió en su recurso en que la muerte fue involuntaria. Es decir, que se produjo una pelea y que, en ésta, el acusado causó la muerte de forma imprudente. El TSJB rechaza esta opción de forma taxativa: «No resulta fácil, desde luego, excluir el ánimo de matar en alguien que agrede a otra persona con tanta violencia, utilizando objetos y por medio de golpes directas y patadas y que, finalmente, cuando su víctima está ya malherida, se pone sobre la misma y permanece sobre ella presionando hasta que le provoca la muerte por sofocación, resultándole absolutamente indiferente la agonía de la víctima en su intento por respirar».

El fallo judicial también reafirma que la víctima no pudo defenderse del ataque. La defensa cuestionaba que las drogas que había tomado la víctima fueran suficientes para causar su indefensión. La ponente de la sentencia, Felisa Vidal, recuerda que el jurado lo consideró probado no sólo por la ingesta de estupefacientes, sino porque uno de los primeros golpes alcanzó a la víctima en la tráquea y la imposibilitaba respirar. Además señala: «No es admisible que el apelante, sin sustentarse, como ya hemos señalado, en ninguna prueba que lo refrende, pretenda dar su propia e interesada versión de los hechos, incompatible con la tenida por el Jurado como probada».

En la misma línea, la sentencia también apoya que se aplique el agravante de ensañamiento: «El acusado podía haber obtenido el resultado de la muerte de la víctima de otra forma más rápida y menos dolorosa, máxime en un taller mecánico con herramientas contundentes, con lo que puede inferirse el ánimo de causar sufrimientos sobreañadidos».