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El Juzgado de lo Penal número 4 de Palma celebró ayer un peculiar juicio contra un hombre acusado de bigamia. El procesado, de origen argentino, se casó con una española en el año 1975 y se separó de ella al cabo de ocho meses. Después se volvió a casar en México. Al cabo de un tiempo se divorció y se fue a vivir a Noruega, donde contrajo otro matrimonio, que duró seis años. Finalmente, en el año 1991 volvió a España y se casó en Santanyí con una mujer, con quien sigue viviendo en la actualidad. La primera mujer es quien lo denunció por bigamia porque este matrimonio no llegó disolverse hasta 2006.

Durante el juicio quedó patente la animadversión de la primera mujer al acusado. Ella, a través de videoconferencia, indicó que en 1975 se casó con él en España, fueron a Ciudad Juárez (México) y lo dejó a los ocho meses porque le dio una paliza y la abandonó. Luego, la mujer regresó a España y tramitó la separación canónica ya que no existía el divorcio. De la relación de ocho meses nació un hijo. La mujer dijo que no tuvo relación con el acusado hasta hace 22 ó 23 años, cuando el niño tenía 11 años, que le pidió resolver el divorcio de forma amistosa, pero no se pusieron en marcha los trámites. Finalmente, en 2006 la mujer obtuvo el divorcio, pero al saber que el hombre se había casado de nuevo en 1991 lo denunció. Por ello, la fiscal pide una pena de 10 meses de prisión, ya que considera que el procesado contrajo el matrimonio en 1991 en Santanyí sabiendo que existía el primero.

Al respecto, el acusado dijo que sabía que no existía legalmente el divorcio en España por el año 1975-76, y que sólo se separaron, pero aseguró que fueron también a Texas a divorciarse, algo que la primera mujer luego negó.

El abogado defensor del acusado solicitó que éste sea absuelto alegando varios motivos. Primero, porque la declaración de su primera mujer, a quien no ha causado ningún perjuicio durante todos estos años, está llena de rencor. Después porque la mujer sí estuvo en Texas y él no ha ocultado datos ni ha falsificado papeles a pesar de que se ha casado cuatro veces. En la última, en 1991, presentó el divorcio de Noruega y en Santanyí no le pidieron datos acerca de su historial. Por último, porque para que haya bigamia tiene que ser a a sabiendas, y el acusado no ha actuado con esa intención en ningún momento.