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De los seis acusados por el derrumbe del hotel Tívoli en s'Arenal, sólo dos estaban pendientes de la sentencia: el constructor, Joan Rigo, y el arquitecto técnico encargado de riesgos laborales, Carlos Anselmo Blanco. El primero comparte la misma pena que los otros tres condenados por la causa: un año y ocho meses de prisión por un delito contra la seguridad de los trabajadores y un homicidio imprudente. El segundo queda absuelto de los cargos.

La condena para Rigo es la misma que aceptaron durante el juicio el promotor de la obra, José Forteza-Rey, el arquitecto Juan Antonio Vila y el arquitecto técnico Sabastián Àngel Martínez. Todos ellos fueron también condenados a un año y ocho meses, con lo que ninguno de ellos tendrá que ingresar en prisión ya que podrán suspender la condena al ser menor de dos años y no tener antecedentes computables. El sexto acusado, responsable de la empresa que hizo el plan de riesgos laborales, Juan Prats, también ha sido absuelto ya que el fiscal, Miguel Àngel Anadón, había retirado la acusación en su contra.

La sentencia de la magistrada Concepción Moncada, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Palma, afirma que el constructor también es responsable de la seguridad de los trabajadores y que, aunque siguiera las indicaciones del promotor y el arquitecto, «incumplió obligaciones esenciales». Así, la magistrada señala que «si hubiera cumplido con su obligación de exigir un proyecto de ejecución, el arquitecto habría efectuado las correspondientes catas de cimentación y cálculos estructurales, lo que le hubiera llevado a evitar el derrumbe del bloque».

De acuerdo con la sentencia, Rigo no podrá ejercer de constructor durante 20 meses.