TW
0

La nueva condena contra Rodrigo de Santos será recurrida ante el Tribunal Supremo. El abogado de De Santos, José Ignacio Herrero daba ayer por hecho que llevará el fallo a casación. Este recurso evitará que la sentencia sea firme, por lo que el ex edil no tendría por qué empezar a cumplirla. El ahora condenado se encuentra en libertad por esta causa después de pagar una fianza de 100.000 euros. De hecho estuvo encarcelado entre el 27 de junio de 2008 y el 27 de marzo de 2009.

Sin embargo, la sentencia sí que podría implicar la vuelta del ex edil a prisión a corto plazo. La decisión judicial da la posibilidad a la Fiscalía para que pida una modificación de las medidas cautelares. Algo similar ocurrió en el 'caso Son Banya' cuando los principales acusados ingresaron en prisión a petición de Fiscalía tras conocer la sentencia, aunque ésta se recurrió en el Supremo.

Además de esta condena, De Santos también está pendiente de que se resuelva la del caso de la tarjeta. En ese caso la pena asciende a dos años de prisión. Esta decisión judicial también está recurrida, en este caso ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears, que es el órgano encargado de las apelaciones de los juicios con jurado.

La sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia reconoce a Rodrigo de Santos el atenuante de drogadicción. Además, a la hora de fijar la extensión de la pena, el tribunal valora que no existieron amenazas o intimidación en la conducta de De Santos, por lo que rechaza la pretensión de Fiscalía de aplicar una condena de ocho años y medio de cárcel por los dos delitos de abusos más graves. Eso sí, el fallo judicial recuerda que el ex concejal se aprovechó de que los menores se encontraban durmiendo, algo que haría aplicable a su juicio un agravante por aprovechamiento de circunstancias. Sin embargo el Tribunal no lo puede aplicar ya que no fue solicitado por la Acusación Pública.

A la hora de aplicar el atenuante de toxifrenia, la sala señala que, en el caso de De Santos: «Estamos en presencia de una de las dos caras de quien llevaba doble vida y fue capaz de ocultarlo a su familia, a sus amigos, a los que con él compartían responsabilidades políticas o a los integrantes de la comunidad religiosa en la que se integraba su mujer».