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«Por un lado estamos felices porque volvemos a casa después de tres días, y por otro lado lo hacemos con miedo porque hay grietas y tenemos muy presente la tragedia». Los sesenta vecinos de Palma cuyas viviendas colindaban con el número 21 de Rodríguez Arias, y que fueron evacuados por precaución, regresaron anoche a sus viviendas tras pasar varias noches en un hotel o en casa de familiares y amigos.

Jason Moore, director del Majorca Daily Bulletin, fue uno de los realojados en el Hotel Continental, en la calle Industria y ayer reiteró que «estamos muy agradecidos a los equipos de emergencia, que actuaron con gran profesionalidad, y también al Ayuntamiento de Palma, que nos ha tratado muy bien». Sin embargo, reconoció que algunos de los vecinos «están nerviosos porque temen encontrarse nuevas grietas o desperfectos». Los realojados eran residentes en la calle Alós y en Rodríguez Arias. Por la mañana se reunieron con técnicos municipales, que les informaron de la situación, y por la tarde, a las 20.00 horas, se hizo efectiva la entrada en sus casas.

Por otra parte, los familiares de las víctimas extranjeras de la tragedia del edificio de Rodríguez Arias recibirán ayudas económicas de Cort y el Govern para la repatriación de los cadáveres a su país. De los siete fallecidos en el desplome, cinco son foráneos: en concreto, tres son colombianos y dos alemanes.

Ayer tarde se celebró la misa en Palma, en la iglesia de San Juan de Malta, en memoria de María Inírida Correa de Valencia, su hijo Pablo Andréz Valencia Correa y su yerno Óscar Alfonso Ortiz Zapata. Todos ellos de nacionalidad colombiana.