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Los agentes de la Sección Motorizada de la Policía Local de Palma, desde tiempos inmemorales, tienen fama de ser los policías que sigilosamente, de manera rápida y veloz, se dedican a la caza y captura de los infractores para posteriormente sancionarlos. La verdad es que con las estadísticas en la mano se demuestra todo lo contrario.

Dicha unidad, en la actualidad, está sancionando diariamente una media de tres denuncias por motorista.
Un total de 33 policías, cuatro oficiales, dos subinspectores y un inspector de coordinación son los integrantes de un destacamento cuya actividad profesional es de suma importancia y muy poco conocida por la opinión pública.

«Desde fuera puede parecer muy bonito el ver a los policías en moto paseándose todo el día, pero la realidad es muy diferente», afirma el subinspector Andreu Oliva, responsable de la Unidad Motorizada de Palma.

«Nuestro destacamento, debido a la rapidez con la que nos desplazamos por la ciudad, somos los primeros en llegar a las diferentes situaciones e incidentes que ocurren. Haga frío o calor, allí donde hay un problema, hay un agente de la Unidad Motorizada para tratar de ayudar o aliviar los problemas de los ciudadanos», añade.

Una de las funciones principales de los motoristas de la Policía Local es la de realizar controles preventivos. Si hace unos años era habitual ver por las principales calles de Palma a muchos jóvenes sin casco o, simplemente, ciclomotores trucados y con tubos de escape libre que hacían un ruido infernal, esta situación ha cambiado radicalmente.

En lo que llevamos de año, los policías motorizados han controlado a más de 5.600 vehículos, entre ellos, más de 1.000 han sido camiones pesados.
«Desde que sucedió el lamentable accidente del camión del Passeig Marítim los controles son constantes. Quiero destacar que el acoso ha sido de tal magnitud que ahora prácticamente nunca se sanciona porque todo el mundo lleva la documentación en regla. Se trata de un trabajo preventivo muy importante», concluye el suboficial Oliva.

Además, y como misión prioritaria, los motoristas son los responsables de la regulación del tráfico en zonas conflictivas. Como presumen sus integrantes: «No hay ningún problema de tráfico en Palma que nuestra unidad no pueda solucionar».