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Un guardia civil y un cabo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca han denunciado ante una jueza a su sargento jefe por encañonarlos y humillarlos. Además, son tres los agentes de este grupo de élite que se han dado de bajo psicológica por las supuestas vejaciones del suboficial.

Las dos denuncias, a las que ha tenido acceso Ultima Hora, se interpusieron el pasado lunes en los juzgados de Inca, en concreto en el que estaba de guardia ese día. En una de ellas, el cabo explica que antes de incorporarse a su destino, el sargento «empezó a menospreciar a los componentes del Equipo de la Policía Judicial, profiriendo frases tales como 'vagos', 'inútiles' y 'se van a enterar éstos cuando sea yo el sheriff, se van a acabar los paseítos en coche'».

Según consta en la denuncia, estos comentarios se realizaban delante de testigos «y con el ánimo de degradar a los que iban a ser sus subordinados». La jueza de Inca que instruye las diligencias también está investigando si es cierto que el suboficial ideó una apuesta sobre el tiempo en el que iban a darse de baja los miembros de la Policía Judicial, en cuanto él se pusiera al mando.

El 24 de septiembre, a las cinco de la tarde, el denunciado regresó a la oficina con su pistola desenvainada y en la mano «y sin mediar palabra empezó a jugar con ella sobre una mesa, girándola en círculos delante del denunciante y los otros componentes del equipo, con intención de amedrentarles y amenazarles». El cabo reconoce que sintió «miedo» y optó por marcharse.

Sin embargo, siempre según los dos escritos aportados a la jueza, no fue la única ocasión en la que el jefe sacó su arma sin motivo. Dos cabos se cruzaron con el sargento, que iba vestido de paisano, y que portaba al cinto su pistola particular. Al indicárselo, según las denuncias, el denunciado «de forma súbita y sin mediar palabra, sacó la pistola y apuntó al denunciante y a su compañero, los cuales se quedaron atónitos y optaron por marcharse lo más rápidamente posible».

Los afectados sostienen que el mando suele tener la pistola sobre la mesa de su despacho, «con la intención de asustar e impresionar» a los subordinados que se reúnen con él. La Comandancia de la Guardia Civil de Palma ya ha tomado medidas urgentes y el coronel ha decidido retirar el arma al sargento, mientras se instruye un procedimiento interno por posible falta muy grave. El suboficial, al parecer, fue examinado por un psicólogo y ayer se especulaba con la posibilidad de que fuera retirado del servicio de forma provisional. La Comandancia también tendrá que recomponer el equipo de la Policía Judicial de Inca, ya que tres de sus cuatro miembros se han dado de baja por estrés producido, supuestamente, por las vejaciones del mando.