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El magistrado Eduardo Calderón ha fijado una pena de 18 años de prisión para el único condenado por el asesinato del súbdito inglés Daniel Hastelow, en enero de 2008 en Magaluf.

La sentencia concede a la fiscalía el total de la pena que pedía para Richard Henry Roberts por asesinato, y le obliga a que indemnize a la familia de la víctima con 90.000 euros. El fallo recoge el veredicto de inocencia dictado por el jurado popular que enjuició la causa contra el otro de los acusados, Paul Anthony Griffin. Eso sí, al hablar de esta absolución, el magistrado ponente de la sentencia lamenta que «las explicaciones que ofrece el jurado en el acta, son más que escuetas o sucintas, lacónicas, y quizás hubiera sido deseable una mayor extensión y algún razonamiento adicional». Eso sí, el juez indica que esto no es motivo para rechazar el veredicto, dado que la ley exige al jurado que explique por qué condena y no, por qué absuelve a un acusado.

Lagunas
Lo que sí considera probado la sentencia es que en torno a las cuatro de la madrugada del 13 de enero de 2008, Richard Henry Roberts fue al apartamento de Daniel Hastelow, con la intención de vengarse de él por varias peleas anteriores. Una vez en el interior del piso, se encontró con la víctima, que dormía en un sofá después de haber bebido mucho esa noche y le propinó siete puñaladas, dos de ellas mortales.

Tras el veredicto del jurado, el relato fáctico presenta un par de lagunas. Así, no queda establecido cómo entró el agresor en la vivienda. El fiscal sostenía que forzó la puerta junto a su compañero Paul Anthony Griffin, pero el jurado consideró como no probado que hundieran la puerta. Otro punto que no queda claro quién o cómo dio un golpe con un bate de béisbol en el estómago a la víctima. El veredicto indica que el jurado cree que el papel de Paul Anthony en los hechos se limitó a contemplarlos desde la puerta.

Con el veredicto de culpabilidad, el magistrado opta por imponer la máxima pena a Richard Henry Roberts dado el número de cuchilladas y a los rasgos de personalidad psicótica que en él apreciaron los peritos psicológicos que le examinaron.