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El tesoro de Son Banya estaba oculto bajo un pesada capa de hormigón. La policía, ayudada por bomberos y una excavadora, localizó ayer el "banco" del poblado en un zulo bajo tierra, en un anexo cerca del chalet de La Paca. Al cierre de esta edición los investigadores seguían contando el dinero de las cajas recuperadas y el botín podría ascender a varios millones de euros.

La operación Musaraña se inició a las diez de la mañana de ayer y la coordinó la Brigada de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía. Unos cien agentes, fuertemente armados, irrumpieron en el poblado gitano y empezaron el registro de seis chabolas y nueve anexos. El Juzgado de Instrucción número 6 de Palma autorizó las entradas y una comisión judicial presenció todo el operativo. La UPR (Unidad de Prevención y Reacción), guías caninos, un helicóptero, la Unidad del Subsuelo y funcionarios de la Policía Judicial se desplegaron por todo el poblado en busca de armas y dinero. El reciente asesinato de La Parrala, y el posterior clamor de venganza contra el clan de El Farru, hacía temer a los policías de la Jefatura palmesana que los gitanos estuvieran almacenando pistolas o escopetas para saldar cuentas con sus rivales. Sin embargo, parece ser que el registro exhaustivo no encontró demasiadas armas de fuego. La sorpresa saltó cuando empezaron a registrar un anexo próximo al chalet de La Paca. Alguien reparó en que el suelo, de hormigón, había sido recientemente reparado, pero no aparecía ninguna trampilla o puerta. Fueron requeridos los bomberos y empezaron a picar con maquinaria especial.