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Nerviosismo, confusión e impotencia eran algunas de las sensaciones que se daban ayer por la mañana entre los vecinos del bloque de apartamentos del Paseo de Illetes que el jueves por la tarde tuvo que ser desalojado a causa de un incendio. El edificio tiene 260 apartamentos, repartidos en 11 plantas, y alrededor de 300 personas viven allí. Todos los vecinos tuvieron que pasar la noche fuera. El Ajuntament de Calvià les proporcionó alojamiento en tres hoteles. Unos 80 afectados pasaron la noche en estos establecimientos y el resto en casas de familiares, amigos o donde pudieron. Este fue el caso de Sol, vecina de la cuarta planta, quien durmió en la playa. «El Ajuntament dijo que podíamos utilizar la perrera, pero yo tengo un gato y no lo pude llevar allí, así que tenía que matar al gato o quedarme con él, por eso he pasado la noche en la playa».

Loli y Enrique tienen un apartamento en la planta baja, que ha quedado seriamente dañado por el humo, y fueron de los primeros en darse cuenta del incendio. «Yo me iba a trabajar y empecé a oler a quemado, avisé al portero y luego empezó a salir humo de la planta baja, creíamos que se quemaba el piso de una vecina y llamamos a los bomberos, al principio no parecía que fuera tan grave, pero después el edificio se llenó de humo, fuimos saliendo todos poco a poco, pero la gente de los pisos más altos se quedó atrapada porque la escalera estaba completamente negra por la humareda», recuerda Loli, quien destaca «la rapidez con que llegaron los bomberos». Ella y su marido pasaron la noche en otra vivienda de su propiedad: «Por suerte nosotros tenemos otra casa, pero aquí hay mucha gente que ahora tiene problemas para encontrar alojamiento hasta que se arregle la situación», agregaron.

Francisco Fontecha y su mujer Loly residen en la planta 11. Su piso no resultó afectado pero ayer por la mañana estaban indignados porque nadie les informaba de nada: «Hemos pasado la noche en el hotel, pero no sabemos cuándo podemos volver a nuestro apartamento ni la situación en que se encuentra el edificio», afirmó Francisco. En la misma línea se expresaron Lenny Miranda, vecina del tercero, y Dionisia Jardín, quien reside en el octavo. «Nos han dicho que podemos entrar a coger cosas, si nos dan alojamiento no sabemos cuánto tiempo podremos estar y en el edificio hace un olor a humo que no se puede ni estar», indicó Lenny.

La finca fue revisada por técnicos del Ajuntament, Bombers de Mallorca, operarios de Gesa y efectivos de la Guardia Civil, que investiga las causas del incendio. El fuego se inició en el cuadro de contadores del primer piso, sobre las 16.30 horas del jueves, y las llamas y el humo subieron por el hueco de los tres ascensores. Los pisos más afectados por el incendio son los que están junto a los ascensores. Varios de ellos quedaron gravemente dañados. Hay muchas viviendas que no resultaron afectadas, aunque todo el edificio se quedó sin luz ni agua.

El Ajuntament proporcionó una noche más de alojamiento a los afectados, aunque ayer por la tarde se esperaba poder dar luz a la escalera de la finca y que los vecinos de los pisos menos afectados pudieran volver a sus casas, aunque sin luz ni agua y entrando por la escalera de emergencia. Sin embargo, no se pudo acabar de apuntalar una parte afectada por el incendio y tampoco se solventó el problema de la luz. Por ello todos los vecinos tuvieron que pasar la segunda noche fuera de sus casas, a la espera de que hoy se empiecen a solucionar los problemas.