Miguel S.B., con polo blanco, a su llegada a los juzgados, el sábado, custodiado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. g Foto: PILAR PELLICER

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Miguel S.B., el hombre de 66 años que mató al marido de su ex mujer en un aparcamiento de Son Oliva, admitió el crimen en su declaración ante el juez de guardia de Palma, que decretó su ingreso en prisión, pero negó que se tratase de un asunto de celos, ya que no le importaba que su ex compañera tuviera otra pareja.

Miguel S.B. mantuvo una relación con una mujer llamada Paquita hace treinta años. Estuvieron juntos unos cuatro años y tuvieron un hijo y una hija. Cuando la pequeña tenía dos años y el niño seis meses, Miguel los abandonó y desapareció. Desde entonces no supieron nada de él, hasta el punto de que creían que había muerto. Posteriormente Paquita contrajo matrimonio con Juan Molero, el hombre que fue asesinado con una barra de hierro en el parking de Son Oliva.

Declaración
Miguel, ante el juez de guardia, manifestó el sábado que estaba en Mallorca desde finales del mes de julio, y hacía 13 años que no viajaba a la Isla. Miguel está cumpliendo condena desde hace cinco años en Zaragoza, está en régimen abierto, por lo que tiene que ir a dormir a prisión entre semana y tiene libre los fines de semana. Miguel declaró que sabía desde hace tiempo que su ex mujer tenía otra pareja, pero no le parecía mal. No obstante, dijo que su ex compañera y la pareja de éste amenazaban y escupían a su madre cuando la veían y por ello decidió darles un escarmiento. En la madrugada del viernes, Miguel fue al párking y apareció el fallecido. Según Miguel, Juan Molero abrió su coche e intentó agredirlo primero con una barra de hierro. Él se la quitó de un tirón y lo golpeó en varias ocasiones, dirigiendo principalmente los golpes hacia la cabeza. En ese momento estaban de frente y Juan cayó al suelo. Después Miguel no recordó si continuó agrediendo al fallecido porque estaba muy alterado, según consta en su declaración judicial.

Respecto al modo de la agresión, Miguel negó que estuviera esperando a la víctima en un callejón. Admitió que llevaba un cuchillo, pero dijo que no lo utilizó, sino que únicamente era para amenazar a la víctima. Manifestó que sabía cuál era su coche porque unos días antes lo vio, ya que había ido a ver si veía a su ex mujer pero sin intención alguna. Reiteró que no había matado a Juan Molero porque estaba con su ex mujer, sino que fue por darles un escarmiento. En este sentido afirmó que su madre había fallecido, pero le contó hace quince años que su ex mujer y Juan Molero la insultaban y amenazaban cuando la veían. La noche anterior volvió a soñar con estos hechos y fue al párking para dar un escarmiento a Juan Molero, y le acabó causando la muerte.