Los equipos de emergencia accedieron por un ventanal. Fotos: VASIL VASILEV

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Pudo ser una tragedia, pero afortunadamente la actuación de los vecinos y de los equipos de emergencia lo evitó.

Los hechos sucedieron aproximadamente sobre las dos de la madrugada de ayer en el número 34 de la calle Taronger, sito en la barriada de Es Rafal, en Palma.

Minutos antes, varias llamadas de los vecinos y residentes del edificio alertaron a los servicios de emergencia que por todo el rellano del primer piso se percibía un intenso olor a gas.

Rápidamente se personaron en el lugar de los hechos varias dotaciones de la Unidad Nocturna de la Policía Local de Palma, efectivos de los Bombers de Palma y miembros de los servicios de emergencia del 112.

Nada más llegar, los policías pudieron comprobar 'in situ' que el olor a gas procedente del primer piso era muy intenso.

Los vecinos comunicaron a los agentes que en el interior de esa casa había una madre y sus dos hijos de corta edad. Se vivieron momento de gran tensión. Los peores presagios recayeron entre los allí presentes.

Tras tocar el timbre insistentemente, golpear la puerta y llamar por teléfono a la propietaria, sin éxito, se decidió que los Bombers de Palma entrasen a la fuerza en el inmueble.

Al tratarse de un primer piso, una dotación de los Bombers de Palma decidió colocar una escalera extensible y con la ayuda de diversas herramientas específicas para estos menesteres, consiguieron desmontar una gran cristalera de uno de los ventanales principales de la vivienda y acceder a la misma.

Una vez en su interior, los bomberos pudieron percatarse que en una de las habitaciones se encontraban durmiendo la madre y sus dos hijos.

Los moradores de la casa no se habían dado cuenta, en ningún momento, de la fuga ni tampoco de las intensas llamadas de la policía.

Los profesionales de emergencias comprobaron que el origen de la fuga era la rotura de una de las mangueras del termo. Tras cortar el suministro de gas se procedió a la ventilación del inmueble y se atendió a la mujer y a los pequeños.

Afortunadamente la rápida actuación de la Policía Local, los vecinos y los Bombers de Palma evitaron que la madre y los hijos fallecieran inmersos de la denominada muerte dulce.