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Un avión de las líneas aéreas yemeníes se precipitó en la madrugada de ayer al Océano Indico con 153 personas a bordo, de las cuales por ahora una ha sido rescatada con vida, informaron ayer las autoridades de Yemen.

El avión, un Airbus 310-300 que había partido de Saná a las 18.45 hora local (15.45 GMT), donde había llegado procedente de París, se precipitó cuando se encontraba a sólo 30 minutos de su destino, el aeropuerto internacional de Moroni, la capital de las Islas Comoras.

El Gobierno yemení, a través del vicepresidente de la aviación civil de este país, Mohamed Abdelrahman Abdelqader, confirmó el rescate de un superviviente, un niño de cinco años, y añadió que se habían localizado varios cadáveres.

Aún se desconocen las causas que provocaron el accidente, aunque el funcionario de las autoridades de aviación de Yemen confirmó que en el momento del siniestro arreciaba una tormenta y que el viento soplaba a 61 kilómetros por hora. El avión perdió el contacto con la torre de control a la 01.51 hora local (22.51 GMT), cuando se preparaba para el aterrizaje. De las 153 personas que viajaban a bordo del avión, once eran miembros de la tripulación. Además había 54 ciudadanos de nacionalidad comorense, 26 franceses, un palestino y un canadiense. La aeronave «había sido controlada por la DGAC en Francia en 2007», cuando se hallaron los defectos según declaró el responsable francés a la cadena de televisión «i-Télé».

El accidente sufrido ayer ocurrió casi un mes después de que otro Airbus, un A-330 de Air France con 228 ocupantes, cayera al Atlántico cuando volaba de Río de Janeiro a París, el 1 de junio.