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PEP MATAS
El Patronat Municipal per el Realotjement i Reinserció Social, dependiente del área de Benestar Social i Participació Ciutadana de Cort, pagó el pasado mes de mayo una factura de unos 74 mil euros, en concepto del fluído eléctrico que se había consumido durante un mes en el poblado de Son Banya.

Desde siempre, los recibos de la luz de todas las viviendas y naves que hay en el poblado las ha pagado Cort. La cifra a pagar puede variar, y de hecho lo hace según los meses, en base a que en ocasiones se recogen datos estimativos por parte de Gesa, mientras que en otros los datos son los reales.

Al ser consultado sobre la cantidad que se pagó el pasado mes de mayo, Eberhard Grosske dijo que desconocía la cifra exacta «pero sí que es cierto que se trata de cantidades muy altas».

Por parte de la empresa Gesa, no se ha querido confirmar ni desmentir el dato. La persona consultada por este diario se ha limitado a recordar que «no damos nunca datos de nuestros clientes, son confidenciales». Otras personas consultadas, algunas de ellas residentes en el poblado, han manifestado que la citada cantidad «se obtiene del resultado de que en la inmensa mayoría de las viviendas del poblado tanto la luz eléctrica, como aparatos de aire acondicionado, neveras, televisores, y no se sabe qué cosas más, están enchufadas las 24 horas».

Lo que ha quedado claro es que, todas las personas consultadas por este periódico, se han sorprendido al conocer la cantidad que cada mes paga Cort por este concepto.

Y el dato se conoce en unos momentos en los que se habla del derribo de infraviviendas en Son Banya, dando así a entender que se hará efectivo uno de los puntos del pacto de gobernabilidad del actual Consistorio.

Lo cierto es que a nivel político hay muy buenas intenciones, y el propio Eberhard Grosske, regidor del área de Benestar Social i Participació Ciutadana, se muestra muy ilusionado con el proyecto, y convencido de que será una realidad.

Pero este optimismo choca con las opiniones de técnicos que, aseguran, es prácticamente imposible desmantelar Son Banya en la presente legislatura.
Los motivos que se señalan son varios. Entre los más importantes se encuentra, por ejemplo, el hecho de que la inmensa mayoría de los residentes no quiere salir del poblado. Desde un punto de vista de los profesionales que trabajan en estas áreas, se comenta por ejemplo que una parte importante de las familias que residen en Son Banya, en torno al 45%, carece de los mínimos recurosos como para poder subsistir fuera del poblado. Con respecto al derrumbe anunciado de varias chabolas, es curioso que, desde hace unas pocas semanas, se han construído tres plantas bajas y un primer piso dentro de Son Banya. La última 'chabola' se acabó de construr el pasado jueves. La mayoría de los actuales residentes tienen títulos de propiedad de las chabolas que ocupan.