Imagen de las tumbas del cementerio de Santa Margalida donde se produjo el error. FOTO: ELENA BALLESTEROS

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JULIO BASTIDA El pasado día 10 de abril, Viernes Santo, una empresa funeraria de Inca procedió a la realización de un servicio mortuorio en la localidad de Santa Margalida.

Por causas que aún no han sido aclaradas, se cometió un error y el cuerpo del difunto en lugar de ser introducido en el nicho número 92-93, que son de propiedad municipal, fue enterrado en la tumba número 95, es decir, un nicho vecino cuya propiedad es privada.

Al día siguiente, cuando la empresa de Pompas Fúnebres que realiza habitualmente los servicios mortuorios en el camposanto de Santa Margalida se percató del posible error lo comunicó al Ajuntament y a sus compañeros.

La empresa enterradora de Inca rápidamente subsanó el error (al día siguiente) y los familiares fueron alertados por parte de la regiduría correspondiente.

Comprobación
El pasado martes, once días más tarde, una comisión formada por la dos enterradores, el propietario de la empresa fúnebre que habitualmente realiza los servicios en Santa Margalida, y la regidora responsable, acudieron nuevamente a las tumbas y abrieron uno de los nichos para comprobar que los cuerpos yacían en las tumbas correspondientes.

Al parecer, y según declaraciones del encargado de Pompas Fúnebres de Inca: «El Ajuntament de Santa Margalida nos dijo que número de la tumba donde teníamos que enterrar al difunto y nos lo dio mal y nos equivocamos, pero rápidamente subsanamos el error», concluyó el responsable.

La versión del Ajuntament de Santa Margalida difiere de la ofrecida por parte de la empresa. Rocío Romero, regidora de Sanitat i Participació Ciutadana alegó: «Aquí los únicos culpables son los de la funeraria, que se equivocaron a la hora de introducir el difunto. Yo he hablado con los familiares y han entendido que fue un error de la funeraria. Lamento todo lo sucedido porque además soy una gran amiga de la familia. Os puedo asegurar que hemos realizado las comprobaciones pertinentes y que todo está regla», concluyó Romero.

Durante las horas posteriores al error, los familiares del difunto pusieron ramos de flores y coronas en una tumba en la que no se encontraba el cuerpo sin vida de su ser querido. Según fuentes especializadas consultadas por Ultima Hora, la equivocación pudo ocasionarse a la mala señalización que rige el cementerio, a la falta de un funcionario que supervise los entierros y a la numeración deficiente (tumbas dobles).

Todas las partes implicadas en este lamentable incidente han coincidido en que todo se debió a un «grave error» y que «lamentan lo ocurrido».
Ahora falta saber si las familias afectadas presentarán una denuncia por los hechos acontecidos y si los sepultureros tenían permiso judicial para abrir hasta en tres ocasiones un nicho.