La Guardia Civil vigiló ayer noche el lugar donde apareció el feto en Can Picafort. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Pollença está investigando la aparición de un feto en una alcantarilla de Can Picafort. El nonato tenía unos cinco meses de vida y estaba formado. Los agentes realizaban al cierre de esta edición numerosas gestiones para localizar a la madre de la criatura.

Sobre las cuatro de la tarde, unos trabajadores que se encargan de la limpieza de las alcantarillas abrieron una de las compuertas de la calle Arenal, a la altura del cruce con el Paseo Marítimo. Uno de ellos reparó en un bulto extraño y al acercarse descubrió que se trataba de un bebé, o más concretamente de un feto. Tras el susto inicial, los empleados dieron aviso al cuartel de la Guardia Civil de Santa Margalida, que se desplazó hasta ese tramo de la calle y precintaron la alcantarilla, a la espera de que llegaran sus compañeros de la Policía Judicial de Pollença.

El juzgado de guardia de Inca fue informado del hallazgo y una comisión judicial, con un forense, se desplazó hasta Can Picafort. El médico analizó el feto y llegó a la conclusión de que tenía unos cinco meses de vida. Llevaba, aproximadamente, 72 horas en aquel habitáculo y alguien le había cortado el cordón umbilical.

Los agentes de la Policía Judicial realizaron un completo reportaje fotográfico en el escenario del macabro hallazgo y buscaron por los alrededores por si había más indicios o pruebas.

La inspección ocular en la calle Arenal se prolongó por espacio de una hora y después los investigadores regresaron al cuartel, para analizar todo el material recopilado.

Una de las hipótesis que se están barajando es que el feto fue arrojado al wáter desde algún establecimiento o domicilio próximo y llegó a la alcantarilla siguieron el recorrido normal del desagüe.

En las próximas horas está previsto que se le practique la autopsia al feto, para descubrir cuánto tiempo llevaba sin vida y, sobre todo, si la causa de su muerte fue traumática.

La noticia de la aparición de los restos humanos en la alcantarilla de Can Picafort causaron ayer un gran revuelo en aquel núcleo turístico, que por estas fechas invernales se encuentra bastante vacío de turistas y residentes. «Nos hemos quedado muy impresionados con esta historia», reconoció un comerciante de la zona, que aseguró que «no creo que sea muy complicado dar con la madre, porque por aquí embarazadas en estas fechas no hay muchas». El problema, sin embargo, es si no se le notaba todavía a la mujer su estado de gestación o si no reside en los alrededores.

Ayer tarde la Guardia Civil estaba realizando ímprobas gestiones para localizar a la madre de la criatura. Los agentes se entrevistaron con numerosos vecinos, comerciantes y hoteleros y les preguntaron si habían visto algo extraño en los últimos días y si conocían a alguna mujer embarazada. También buscaron compresas o gasas ensangrentadas en contenedores y cubos de basura. El aborto, provocado o accidental, tuvo que ocurrir esta semana, muy probablemente entre el martes o el miércoles. Los investigadores también están visitando centros de salud y hospitales para saber si alguna parturienta acudió de urgencia esos días. La Benemérita confía en localizar en las próximas horas a la madre de la criatura que apareció en la alcantarilla de la calle Arenal, junto a la playa.