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JULIO BASTIDA Eran aproximadamente las doce y media de la noche del viernes al sábado cuando varias llamadas alertaban a los servicios de emergencia de que en la vía de cintura de Palma se había producido un accidente.

Rápidamente varias dotaciones de la Policía Local de Palma y de la Guardia Civil de Tráfico se desplazaron al lugar del siniestro, la MA-20, frente a las piscinas de Son Hugo.

A su llegada, los agentes observaron cómo una furgoneta de color blanco se encontraba en medio de la calzada, totalmente volcada y sin rastro de los ocupantes del vehículo.

Acto seguido, los agentes, para evitar retenciones y problemas con la circulación del tráfico se pusieron a regular el mismo y se procedió a la retirada de la furgoneta siniestrada.

Pasados unos minutos, una vecina de la barriada del Amanecer, observó cómo dos varones caminaban por debajo de su balcón, en la calle Capitán Salom, dando tumbos y con la cabeza y la ropa ensangrentada. La mujer se asustó y decidió dar aviso a la policía.

A partir de ese momento, numerosas patrullas motorizadas de la Policía Local y varios vehículos policiales iniciaron una batida por la zona. Instantes más tarde, una unidad conseguía interceptar a los dos sospechosos y retenerlos hasta la llegada de los refuerzos y de la Guardia Civil.

Al parecer y, según fuentes próximas a la investigación, los dos varones eran de nacionalidad ucraniana. Los heridos, al ser interrogados por los agentes, afirmaron que ellos no tenían nada que ver con el accidente y que no entendían por qué los tenían retenidos. Al preguntarles los investigadores: «¿Cómo os habéis hecho las heridas en la cabeza?», los dos ciudadanos del Este contestaron: «Nos hemos estado peleando con unos latinoamericanos, pero nosotros no tenemos nada que ver con el accidente».

Una vez comprobada la identidad de los arrestados y la documentación existente en la guantera del vehículo siniestrado, los agentes comprobaron que el titular del vehículo era uno de los detenidos.