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El accidente del avión de Spanair en Barajas se produjo por una sucesión de fallos. La Comisión de Investigación señala, en un informe preliminar, que a una concatenación de errores técnicos producidos desde las 13.00 horas se sumó un posible error del piloto, que no habría detectado que la aeronave se encontraba en 'modo vuelo' cuando aún estaba en pista, lo que impidió la activación de determinadas alertas.

El informe de la Comisión de Investigación sitúa el inicio de los fallos en las 13.00 horas, momento en el que se frustró el primer intento de despegue por una alerta de alta temperatura. Los técnicos revisaron el fallo y desactivaron el piloto de alerta, pero no detectaron que el avión se encontraba en 'modo vuelo', lo que anula un 'chivato' sobre el funcionamiento de los 'slats' y los 'flaps', básicos para el despegue.

La nave recibió la autorización de la torre a las 14.23 horas. En ese momento el avión seguía en 'modo vuelo', motivo por el que no funcionó la alerta sobre el estado de ciertos mecanismos. De esta forma, el avión comenzó el despegue sin los 'slats' activados, lo que obligó al piloto a apurar al máximo la pista y poner el aparato en una velocidad alta. Ya en el aire, al parecer saltó la alarma de falta de potencia, de unos 50 kilómetros por hora, e instantes después se produjo el impacto.

Por otra parte, la Cadena Ser informó ayer de la declaración de un comandante de Iberia que fue testigo del accidente.