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TOMÀS LLINÀS-MICHELS «Al tocar la noche, en la playa sólo hay chorizos, gente retorzándose y nosotros», así nos relata un agente de la Policía Local la situación de la costa calvianera durante la madrugada.

Dos redactores de Ultima Hora nos introducimos en el ojo del huracán de la noche más salvaje y desenfrenada de la Isla.
Miles de jóvenes salen de fiesta a disfrutar de la amplia oferta lúdico-festiva.
Son las 00.40, los agentes que conforman la patrulla nocturna acuden a la calle Martín Ros García. Han sido alertados de que en la citada zona se habían concentrado una gran aglomeración de británicos (hooligans calificados por las autoridades como peligrosos), obstaculizando el paso de los vehículos por las calles. Rápidamente acompañamos a la patrulla policial, donde comprueban que ciertamente los ingleses (con alguna copa de demás) estaban causando un altercado de orden público y con contundencia son «invitados» a subir a la acera.

01.30 de la madrugada, nos dirigimos en dirección a la playa, para proceder a la búsqueda de materiales de venta ambulante escondidos por la zona. «Es muy habitual encontrar bolsas con gran cantidad de estos objetos que venden ya que nunca llevan toda su mercancía encima», añade un agente.

Instantes después, subimos por la calle Punta Ballena siguiendo a dos nigerianos que practicaban la venta ambulante. Los agentes se acercan con discreción y sigilo, consiguiendo interceptar el material.

A las 03.00 de la madrugada, los agentes sorprenden a dos prostitutas (nigerianas), en la terraza de un bar practicando sendas felaciones a dos turistas. No se esconden, y la lucha con los agentes es constante. «Las prostitutas, mientras que tienen entretenidos a los clientes con la felación, aprovechan para robarles la cartera y las pertenencias», añade un agente.

03:30: las horas pasan y el calor se hace más sofocante, la policía inicia un control rutinario, ya que se han ido incrementando en los últimos meses las agresiones por arma blanca. Los datos son escalofriantes, se intervienen entre 4 ó 5 cuchillos por semana. Son las 04:00. Nos dirigimos con los agentes a la playa ya que habitualmente se producen muchos robos a turistas. El control se realiza con éxito y varias personas son identificadas y registradas. Punta Ballena es el centro de la marcha y diversión, pero también es un foco de robos, prostitución y delincuencia. Un amplio dispositivo policial tiene controlada la zona y evita males mayores.

A la salida del sol, la policía se encarga de que todos los locales cierren sus puertas. A partir de ese instante todo vuelve a la normalidad y los servicios de limpieza inician su trabajo.

Un día más la Policía Local finaliza su jornada laboral con la satisfacción de haber realizado un trabajo bien hecho.