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EFE-LONDRES
Kate y Gerry McCann, padres de la niña británica Madeleine desaparecida en mayo de 2007 en Portugal, aseguraron ayer que nunca abandonarán la búsqueda de su hija, después de que la Fiscalía lusa decidiese archivar el caso por falta de pruebas.

En una breve comparecencia ante la prensa, la pareja aseguró que estaba deseando «escudriñar» los archivos policiales portugueses para ver «qué se ha hecho en realidad» y qué puede hacerse aún.

«No dejaremos piedra sin remover en la búsqueda de nuestra niña», dijo Kate McCann, al leer un comunicado conjunto de la pareja, que dio la bienvenida a la decisión de la Fiscalía portuguesa de levantar la condición de «arguidos» o sospechosos que pesaba sobre ellos, pero aseguró que no tenían motivos para la celebración.

«Es difícil describir la desesperación que sentimos al ser nombrados 'arguidos' y posteriormente ser retratados en la prensa como sospechosos de la desaparición de nuestra propia hija», dijo Kate.

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«Ha sido igualmente devastador presenciar el efecto perjudicial que ese estatus (de sospechosos) tuvo en la búsqueda de Madeleine», añadió con la voz quebrada por la emoción.

Al ser preguntado si consideraban emprender acciones legales, Gerry McCann aseguró que su prioridad era encontrar a su hija y que en eso se centrarían «en las próximas semanas».

Tras 14 meses de labor policial en torno a un caso que dio la vuelta al mundo, la Fiscalía lusa lo cerró con una «solución» que había prometido la semana pasada y que incluye el fin del secreto del sumario, sólo después de que se cumplan diversos plazos y garantías legales.

Además de levantar la condición de «arguidos» que pesaba sobre los McCann, también retiraron ese estatus al otro sospechoso, el británico Robert Murat, de 34 años, quien también mostró su enorme alivio por la decisión de la fiscalía.