La parroquia de La Assumpció de la Mare de Déu, en Can Picafort, fue inaugurada en el mes de septiembre del año pasado.

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JAVIER JIMÉNEZ-JULIO BASTIDA

Unos desconocidos accedieron el pasado día 1 de mayo en la nueva parroquia de Can Picafort y realizaron actos vandálicos y de carácter sacrílego, según trascendió ayer. La Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar el asalto y de momento no se han practicado detenciones.

El día del asalto era festivo y se celebró en el templo una primera comunión. Una vez finalizada la celebración, la parroquia de La Assumpció de la Mare de Déu, ubicada la Avenida de los Ingleses, muy cerca del ayuntamiento, siguió abierta, para que los turistas pudieran visitarla.

A las 18.30 horas el recinto cerró sus puertas y el asalto fue descubierto al día siguiente, cuando el encargado la volvió a abrir. No habían forzado ninguna puerta o ventana, lo que da a entender que los intrusos se colaron cuando estaba abierta al público y se escondieron para esperar que no hubiera nadie en el interior. Luego desvistieron la figura del Cristo resucitado, al que arrebataron su fajín, que lanzaron al suelo. Se apoderaron de las hostias consagradas y las tiraron a la salida del templo, repartidas por la acera, y también robaron el rosario de la Mare de Déu, que había sido regalado por un feligrés.

Por último, los desconocidos se llevaron un juego de llaves de la iglesia, lo que preocupó al rector, Pere Barceló, y al diácono, Miquel Capó, porque significaba que podían volver en cualquier momento. Sin embargo, antes de que cambiaran las cerraduras las llaves aparecieron tiradas en un jardín próximo.

Los responsables del recinto se pusieron en contacto con la Guardia Civil para denunciar el asalto y hoy está previsto que el rector formalice la denuncia en el cuartel de Santa Margalida.

Los actos sacrílegos en la parroquia, que fue inaugurada en el mes de septiembre del año pasado, han causado la lógica indignación en Can Picafort y los vecinos se preguntan si se trató de una gamberrada o de algo más premeditado. «Si lo que querían era cometer un sacrilegio el tema da bastante miedo», apuntó una vecina de Can Picafort.

Ayer la normalidad era absoluta en la parroquia de La Assumpció de la Mare de Déu y no había ninguna señal visible que recordara el asalto del 1 de mayo.

Miquel Capó explicó a este periódico que es la primera vez que el templo es asaltado por desconocidos: «Es normal que sea así, porque lleva pocos meses en funcionamiento. Ahora tenemos que plantearnos si es mejor que la iglesia esté cerrada cuando no se celebra misa o hay comuniones o bautizos».