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AGENCIAS
El matrimonio McCann impulsa una nueva campaña en el aniversario de la desaparición de Madeleine convencidos de que está viva.
En este contexto, cuando se cumple un año del caso, Kate y Gerry McCann creen que la niña fue raptada y, aparte de advertir que el autor sigue «libre y probablemente volverá a hacer esto otra vez», confían en recuperarla, basándose en casos similares al suyo que han investigado en Estados Unidos, donde numerosos niños desaparecidos fueron encontrados.

Según ellos, un análisis de episodios análogos ha demostrado que los menores de edad retenidos tras períodos prolongados de tiempo tenían más posibilidades de no sufrir daños serios de modo que, ante la falta de evidencias de que su hija hubiese sido herida, aseguran que seguirán «hasta el fin de la tierra» en su búsqueda. «Sigue por ahí y estamos pidiendo ayuda para encontrarla», demanda la pareja en las nuevas iniciativas promovidas a los 12 meses.

Entre éstas figura el relanzamiento de la campaña mediática en la que se incluye el documental de dos horas de duración emitido ayer mismo por ITV o la puesta en marcha de una nueva línea de contacto telefónico a la que se puede llamar tanto en el Reino Unido como desde fuera del país.

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En esta nueva campaña mediática, el padre de la pequeña se ofrece como interlocutor directo con los secuestradores para pactar un final feliz de la historia. Esta postura no ha gustado nada a las autoridades policiales que instruyen el caso.

El matrimonio McCann ha descartado regresar a Portugal para participar en una reconstrucción de la noche en que desapareció la pequeña Madeleine, debido a la negativa de las autoridades lusas a televisar la recreación de los hechos acaecidos desde su salida a cenar a un restaurante cercano al piso que tenían alquilado en Praia da Luz hasta que tuvieron conocimiento de la ausencia de la mayor de sus tres hijos de la habitación que compartía con sus hermanos.

El primer aniversario de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann se conmemoró con una misa y una vigilia en la localidad portuguesa de Praia da Luz, mientras la investigación para hallar su paradero no ofrece avances.

La iglesia de La Luz, a la que acudían diariamente Gerry y Kate McCann tras la desaparición de su hija mientras permanecieron en Portugal, acogió una ceremonia común entre católicos y anglicanos.