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AGUSTÍN AGUILÓ Olga Uberwallner es la mujer que fue apuñalada por su hijo disminuido psíquico el pasado lunes. «Mi hijo es muy buen chico, pero necesita ayuda, nosotros no le podemos controlar. Antes se ocupaba de él un colegio de Llucmajor para chicos especiales, pero ahora nos hacen pagar medio millón de pesetas, ¡de dónde lo vamos a sacar!», declaró Olga.


La madre fue dada de alta ayer por la mañana, y por tanto pudo regresar a su casa, donde atendió a este diario.
Olga, de 70 años y nacionalidad alemana, vive en su casa de s´Arenal desde hace más de 30 años, junto a su esposo. El hijo de ambos es disminuido psíquico y sufre brotes esquizofrénicos.

La mujer cuenta que el pasado mes de octubre se instalaron unas antenas de recepción en el tejado de su edificio, «Las antenas nos están amargando la vida; es un zumbido continuo que nos está volviendo locos».

Desde que nos pusieron las antenas -añade Olga-, mi hijo está más violento y descontrolado, por eso me apuñaló». La mujer culpa a la instalación de las antenas de los episodios violentos llevados a cabo por su hijo, que además del apuñalamiento del lunes, días atrás se había visto envuelto en peleas con otros jóvenes del barrio.

De hecho, el matrimonio ya había denunciado ante el Ayuntament de Palma su malestar junto a otros inquilinos de la finca, «pero nadie nos ha hecho caso, ya no sabemos a quién acudir para que nos ayude».

El hijo fue presentado ayer ante el juzgado de Instrucción número 1 de Palma, después de pasar la noche bajo dependencias del CNP. El juez instructor le tomó declaración y después fue puesto en libertad y trasladado a su casa, donde se reunió con sus padres.