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JAVIER JIMÉNEZ Una mujer de 73 años le debe la vida a su vecino. La señora se quedó dormida ayer con una olla en el fuego y no se dio cuenta de que se había iniciado un incendio en la cocina de su casa, en la barriada palmesana de Son Oliva.

A las diez menos cuarto de la noche, aproximadamente, el citado vecino pasó por delante de la puerta de la mujer, en el segundo piso de la finca rotulada con el número 13, en la calle Alférez Ribas Santandreu.

Reparó en que salía humo y llamó a la puerta, pero nadie contestó. Sabía que a esas horas la señora estaba dentro y llamó por teléfono a los equipos de emergencia, para que la rescataran. Rápidamente se desplazaron hasta Son Oliva una ambulancia, bomberos, Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía. La calle quedó cortada para que los efectivos pudieran trabajar sin problemas y el tráfico fue desviado por otra vía.

Una densa humareda era visible desde la calle cuando el dispositivo alcanzó su punto álgido, lo que hizo temer que la mujer estuviera gravemente intoxicada.

Por fortuna, no era así. La septuagenaria pudo ser sacada a tiempo de su casa, con un gran susto en el cuerpo y síntomas de intoxicación de carácter leve. De hecho, no fue necesario que bajara del segundo piso en camilla, sino que lo hizo por su propio pie, aunque ayudada por dos sanitarios del 061.