En los comercios de s'Arenal de Llucmajor se han distribuido carteles de la desaparecida. Foto: VASIL VASILEV

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JAVIER JIMÉNEZ En esos momentos llevaba encima una gran cantidad de dinero. Su familia sigue convencida de que alguien la atacó y de que no ha podido salir del edificio. Sus allegados se han turnado para vigilar, día y noche, el bloque de diez plantas, que sólo tiene una puerta principal y carece de garaje.

Los vecinos de s'Arenal de Llucmajor están conmocionados con el caso de la casera y han repartido por todos los negocios carteles alertando de su desaparición. Agentes de la Guardia Civil someten a una discreta vigilancia, las 24 horas, al edificio que era propiedad casi en su totalidad de Margalida Bestard. Sin embargo, no se descarta que si fue atacada mientras cobraba consiguieran sacarla a la fuerza del edificio, por lo que la búsqueda se ha ampliado a la costa, playas cercanas y a unos descampados que empiezan en cuarta fila de s'Arenal. Los perros adiestrados han seguido el rastro de la señora dentro y fuera del inmueble. En las próximas horas están previstas nuevas diligencias y ya se ha tomado declaración a algunos inquilinos de la vecina de Pòrtol. La casera, que estaba en perfecto estado de salud, ya había tenido problemas con algunos de ellos porque se demoraban en las mensualidades. El miércoles Margalida acudió a su finca con su asistenta, para limpiar un piso que se había vaciado, y aprovechó para cobrar a sus inquilinos. Fue casa por casa y durante el trayecto desapareció. Guardia Civil y familiares temen lo peor.