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JAVIER JIMÉNEZ Ramón Socías, delegado del Gobierno, anunció ayer durante la festividad del Día de la Patrona de la Guardia Civil que «Balears no será una puerta de entrada de la droga».

El acto se celebró por primera vez en el recinto de Ifebal, en la antigua terminal A de Son Sant Joan. La amenaza de la lluvia hizo tomar in extremis esta decisión. Al final no diluvió y se echó en falta a la emblemática -y vetusta- Comandancia de la calle Manuel Azaña. Los festejos comenzaron a las doce del mediodía y poco después fue Basilio Sánchez Rufo, el coronel jefe de la Benemérita, quién leyó su discurso. Recordó que el Cuerpo está en fase de reciclaje permanente y que sus miembros, durante 2007, han acudido a cursos de formación en diversas materias: jornadas sobre menores, violencia de género, guerras tecnológicas... También anunció que se potenciarán los encuentros con profesores, directores de centros docentes y padres de alumnos para atajar la violencia en las aulas y el acoso escolar.

Sánchez Rufo, en su segunda fiesta de la Patrona como coronel, remarcó que los índices de criminalidad han descendido en Balears y que la plantilla benemérita ha aumentado un 10%. Se refirió también a las infraestructuras y recordó que recientemente se ha inaugurado el cuartel de Inca y se han acabado las obras del de Eivissa. Antes de acabar su alocución tuvo un recuerdo emocionado para las víctimas del terrorismo y los compañeros «que nos han dejado».

El delegado del Gobierno, por su parte, abrió su discurso en castellano, a diferencia de otros años. «Hace cuatro años no sabía cómo funcionaba la Guardia Civil, hoy puedo decir que es una institución querida por los ciudadanos. Los alcaldes de los pueblos me piden más guardias civiles en sus municipios», destacó.

Socías apuntó que se ha creado el empleo de teniente general en la Guardia Civil, lo que supone equipararlo con el Ejército y responde a una petición histórica del Cuerpo. «Se han aprehendido buenos alijos, han caído bandas importantes, se ha controlado la llegada de pateras y ha habido menos delincuencia, sobre todo en Eivissa», resumió el delegado. Y luego lanzó un claro mensaje: «Las islas no serán una puerta de entrada ni para las drogas ni para la inmigración ilegal».

En el tramo final de su intervención advirtió que la lucha contra el terrorismo, tanto el etarra como el islamista, es una tarea que incumbe a todos: «Todos juntos hemos de luchar con la fuerza del Estado de Derecho». Cerró el discurso recordando que la labor abnegada de la Benemérita permite que España sea «más libre, justa y segura».

Tras los discursos autoridades e invitados se desplazaron a una sala colindante donde se sirvió un aperitiva y un vino español. En el exterior, un férreo dispositivo de seguridad coordinado por el Grupo de Información, veló durante toda la fiesta para que no se produjera ningún sobresalto. el año que viene, si el tiempo lo permite, los actos volverán a la Comandancia palmesana.