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JOAN J. SERRA La tormenta que ayer por la tarde se abatió sobre Mallorca registró una racha máximo de viento de 109 kilómetros por hora, en Portopí. En Alfàbia se alcanzaron los 95 kilómetros por hora y en Porreres, los 80.

Las precipitaciones oscilaron entre 14 y 18 litros por metro cuadrado en tan sólo 10 minutos. El dato numérico puede no parecer excesivo, pero si esa precipitación se hubiera mantenido durante una hora, estaríamos hablando de lluvias cercanas a los 100 litros por metro cuadrado.

Popularmente, se habla de «cap de fibló», pero ésa no es la denominación técnicamente correcta de lo que sucedió ayer por la tarde. Según Agustí Jansà, director del Centre Meteorològic Territorial de Balears, ayer asistimos a una «turbonada de tormenta», que es como se llama a un viento fuerte que se genera de golpe acompañando a una tormenta.

El tamaño del frente tormentoso era mayor que el de toda Mallorca, pero su zona más activa entró por la Badia de Palma, atravesó la Isla por el Raiguer y el Pla, y salió por las bahías de Alcúdia y Pollença.

La tormenta se vio acompañada de abundantes rayos. Durante todo el día, unos 9.000 rayos se desarrollaron sobre Balears y el mar circundante, pero sólo entre las 15.30 y las 18.30 horas se desarrollaron 851. En Palma, al principio de la tempestad, las rayos se sucedían casi sin interrupción.

Volviendo a las precipitaciones, la máxima registrada a lo largo de todo el día fue la de Porreres, con 42 litros por metro cuadrado. El problema radicó en que llovió mucho en poco tiempo entre un fuerte viento.